El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) llevó a cabo un operativo de seguridad en el pabellón N° 2 del penal de máxima seguridad de Iquitos, donde se incautaron 18 teléfonos celulares, 11 cables USB, 11 bultos con droga y un modem WiFi. La acción forma parte de la estrategia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, liderado por Juan José Santiváñez, para frenar las extorsiones que operan desde los penales y afectan a la ciudadanía.
El operativo, supervisado por el presidente del INPE, Iván Paredes Yataco, contó con la participación de 30 agentes penitenciarios y se realizó cumpliendo todos los protocolos de seguridad. Se inspeccionaron celdas, patios, cocinas, pasadizos y servicios higiénicos, además de realizar revisiones corporales a los internos.
¿Qué pasará con los internos hallados con celulares?
El director de la Oficina Regional San Martín, César Magno Torre, informó que cuatro internos serán trasladados a penales de mayor contención como medida correctiva. Esto busca evitar que continúen operando redes de extorsión desde el interior del penal y reafirma la autoridad del INPE.
“Todos nuestros esfuerzos buscan fortalecer el principio de autoridad y proteger la seguridad ciudadana”, destacó Magno Torre. Además, la acción se coordinó con la Fiscalía y la Policía Nacional del Perú para cumplir con las diligencias legales correspondientes.
Incautaciones evidencian riesgo para la ciudadanía
Los objetos incautados, incluyendo celulares y un modem de internet, se usan comúnmente para planificar extorsiones, traficar droga y mantener comunicaciones ilegales. La presencia de 11 bultos con drogas alerta sobre la actividad ilícita dentro del penal, lo que justifica la intervención inmediata del INPE.
Estas medidas muestran la importancia de controles periódicos y exhaustivos para garantizar el orden y la seguridad dentro de los penales, así como para proteger a la sociedad de delitos que se gestan tras las rejas.
Refuerzo del principio de autoridad en cárceles peruanas
El INPE reafirma su compromiso con la disciplina, el control y la seguridad en todos los establecimientos penitenciarios del país. Esta estrategia busca prevenir delitos como la extorsión y el tráfico de drogas, asegurando que los penales no se conviertan en centros de operaciones criminales.
El operativo en Iquitos refleja la lucha del Estado contra la criminalidad desde todos los frentes, demostrando que mantener la seguridad en las cárceles es clave para proteger a la población y garantizar el cumplimiento de la ley.