La presidenta Dina Boluarte aterriza hoy, viernes 15 de agosto, en el distrito de Santa Rosa, Loreto, acompañado de su gabinete ministerial, para presentar avances y proyectos del Ejecutivo en la triple frontera. El viaje ocurre en un contexto marcado por la reciente exigencia del Gobierno de Colombia para liberar a dos topógrafos detenidos por la Policía Nacional, y la negativa de Bogotá a reconocer la soberanía peruana sobre la zona.
El presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, adelantó que la mandataria dará respuesta a las inquietudes que pobladores expusieron en reuniones previas. “Vamos a dar respuestas, satisfacciones y proyecciones para el corto, mediano y largo plazo”, señaló el premier.
Un distrito bajo la mirada internacional
Santa Rosa, asentada sobre el río Amazonas frente a Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil), se encuentra desde hace días bajo amplio despliegue militar para garantizar la seguridad presidencial. La isla ha sido centro de atención por las declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien cuestionó la autoridad peruana sobre el territorio, y por el comunicado oficial de la Cancillería de Colombia que calificó de “irregular” la detención de dos ciudadanos colombianos en la zona.
El documento colombiano sostiene que los detenidos realizaban estudios para ampliar el muelle Victoria Regia en Leticia y que no estaban afectando la integridad territorial del Perú. Además, reiteró que Bogotá no reconoce la jurisdicción peruana sobre la llamada isla Santa Rosa, alegando que se formó después del Tratado Salomón-Lozano de 1922.
Expectativa en la triple frontera
La llegada de Boluarte ha movilizado a más de 500 funcionarios públicos a la zona, según reportes locales. Ante la falta de infraestructura hotelera en Santa Rosa, gran parte del personal ha debido alojarse en ciudades fronterizas de Brasil y Colombia. Un escenario ya fue instalado para el acto oficial, previsto entre las 10 y 11 a.m., y se espera que la presidenta encabece una campaña de acción social con servicios de salud, educación y programas sociales.
La población local ha manifestado que espera mejoras urgentes en condiciones de vida, desde acceso a agua potable hasta fortalecimiento de la economía local. Líderes comunales consideran que la visita es una oportunidad para que el Ejecutivo asuma compromisos concretos frente al olvido histórico de la isla.
¿Logrará la visita de Boluarte a Santa Rosa aplacar la tensión diplomática con Colombia o será un nuevo punto de fricción?
En el plano internacional, el caso ya despertó atención por el potencial impacto en las relaciones bilaterales. Mientras Colombia reitera que sus ciudadanos deben ser liberados y niega la soberanía peruana en Santa Rosa, el Gobierno de Perú no ha emitido una posición pública sobre el pronunciamiento de Bogotá.
Antecedentes del conflicto fronterizo
La isla Santa Rosa es un punto estratégico en la Amazonía. Para Perú, forma parte de su jurisdicción y está sujeta a control militar y civil. Para Colombia, es una formación fluvial no contemplada en los acuerdos limítrofes y, por tanto, fuera de la autoridad peruana.
El Tratado Salomón-Lozano, firmado hace más de un siglo, fijó los límites, pero el dinamismo del río Amazonas ha generado disputas sobre nuevas islas y cambios en el cauce. Estos vacíos han sido motivo de tensiones recurrentes, aunque pocas veces se tradujeron en detenciones como las recientes.
Un desenlace abierto
La jornada de hoy pondrá a prueba la capacidad del Gobierno peruano para combinar gestión interna y diplomacia. El desafío no solo está en atender demandas locales, sino en evitar que la visita se interprete como un acto de reafirmación territorial frente a Colombia, lo que podría endurecer las posturas.
El desenlace dependerá de los anuncios que haga Boluarte y de la respuesta que dé Bogotá en las próximas horas. Por ahora, Santa Rosa se mantiene como epicentro de una historia donde política, soberanía y vida cotidiana se entrelazan en plena Amazonía.