La respuesta iraní a los ataques de EE.UU. a instalaciones nucleares llegó el lunes por la tarde con misiles lanzados contra bases estadounidenses en Irak y Qatar. Sin embargo, según diversas fuentes, Irán habría coordinado previamente el ataque con autoridades locales y habría advertido a Washington, minimizando los daños. Una dinámica que, lejos de una guerra abierta, parece un guion cuidadosamente compartido.
Los mercados globales reaccionaron con una leve aversión al riesgo, pero rápidamente regresaron a la normalidad. El petróleo WTI cayó por debajo de los US$65 por barril, el oro no se acercó a sus máximos, el dólar perdió fuerza y los rendimientos de los bonos del Tesoro bajaron, en una señal clara de apetito por riesgo.
En este contexto, los principales índices de Wall Street —S&P 500, Dow Jones y Nasdaq 100— cerraron en verde. Tesla repuntó más de 7% tras anunciar su primer servicio de taxis autónomos, mientras AMD subió más de 2% tras una mejora de recomendación. En contraste, los gigantes petroleros ExxonMobil y Chevron cedieron ante la caída del crudo.
¿Real o simbólico?
El único objetivo confirmado fue la base aérea Al Udeid en Qatar. Otras supuestas ofensivas en Bahréin, Kuwait y Arabia Saudita fueron desmentidas o atribuidas a milicias aliadas de Irán. Lo cierto es que el Estrecho de Ormuz —por donde fluye un tercio del petróleo mundial— no se bloqueó. Incluso las exportaciones iraníes de crudo aumentaron desde el inicio de la crisis.
En redes, el expresidente Trump escribió: “¡Felicidades, mundo! Es tiempo de paz”, menos de 24 horas después de lanzar tres misiles.
Divisas y bonos
El dólar cayó frente al euro, la libra esterlina y el yen. El par EUR/USD superó 1,1600 con proyección a 1,1730; GBP/USD se dirige a 1,3630 y USD/JPY bajó de los 145,00. Las divisas oceánicas (AUD y NZD) también se recuperaron, mientras que el dólar canadiense se apreció frente al USD.
Por su parte, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó a 4,32%, su nivel más bajo desde inicios de mayo. La perspectiva de una Fed más dovish creció tras las declaraciones de la gobernadora Michelle Bowman, quien abrió la puerta a recortes de tasas si la inflación se enfría.
Crecimiento con presión inflacionaria
En el frente macroeconómico, el PMI compuesto de EE.UU. bajó levemente a 52,8 en junio, aún en zona de expansión por 29 meses consecutivos. Los servicios se moderaron a 53,1 y la manufactura se mantuvo en 52,0. No obstante, las presiones sobre los precios aumentan por tarifas, salarios y combustibles.
La expectativa gira ahora en torno al testimonio del presidente de la Fed, Jerome Powell, ante el Congreso, donde podría dar señales sobre el rumbo de la política monetaria en medio de este delicado equilibrio entre tensiones geopolíticas y estabilidad financiera.
Saverio Berlinzani, ActivTrades.
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