Tuberculosis en Perú: cómo detectarla a tiempo y asegurar un tratamiento efectivo

El Minsa refuerza la lucha contra la tuberculosis con nuevas tecnologías y tratamiento preventivo.

por Edgar Mandujano

La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo de Koch, que se transmite principalmente a través de gotitas de saliva cuando una persona infectada tose, estornuda, habla o canta. Aunque es una enfermedad seria, la tuberculosis es curable si se detecta y trata de manera temprana.

En 2024, se registraron 33,049 casos de tuberculosis en el Perú, de los cuales 1,456 fueron de tuberculosis multidrogorresistente (TB-MDR), 730 de tuberculosis resistente a rifampicina (TB-RR) y 10 de tuberculosis extremadamente resistente (TB-XDR). Esta enfermedad afecta principalmente los pulmones, pero también puede comprometer otras partes del cuerpo como el cerebro, los riñones o la columna vertebral.

Para combatir la tuberculosis de manera efectiva, el Ministerio de Salud (Minsa) ha reforzado la detección precoz utilizando equipos de radiología digital con inteligencia artificial (IA) y pruebas de biología molecular en los establecimientos de salud ubicados en las zonas con mayor incidencia. Hasta el momento, el Minsa ha instalado 28 equipos de rayos X con IA para detectar placas pulmonares anormales, los cuales luego se confirman con pruebas rápidas de biología molecular.

Además, el tratamiento preventivo ha sido optimizado con nuevos esquemas de menor duración y menos medicamentos. En 2024, más de 11,295 personas iniciaron terapia preventiva contra la tuberculosis, priorizando a niños en contacto con personas diagnosticadas, personas viviendo con VIH, trabajadores de salud, internos en establecimientos penitenciarios y pacientes con enfermedades crónicas. Este tratamiento busca evitar que la infección se convierta en una tuberculosis activa.

Si tienes tos persistente por varios días, fiebre, pérdida de peso o sudoración nocturna, el Minsa recomienda acudir al centro de salud más cercano para realizarse un control preventivo. Además, para evitar la propagación del bacilo de Koch en el hogar, es fundamental ventilar adecuadamente los espacios, abriendo puertas y ventanas para permitir la circulación de aire.

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