Este gran salto de atreverse a conquistar un territorio desconocido —la nieve—, dejando los bloques arquitectónicos relucientes de cemento de Madrid y mimetizándose con montañas blancas a más de 2,700 metros de altura, en una estación de esquí en Sierra Nevada, en la provincia andaluza de Granada, España, ha sido fiel inspiración para esta nueva colección de Pilar Dalbat.

Puedo decir que he estado presente en sus últimos cinco desfiles y me alegra mucho poder ver la evolución de una moda definida, limpia, con volúmenes, que ahora incorpora flecos de lana, dándole versatilidad. Para esta colección, la diseñadora se enfoca en colores pasteles, combinados con volúmenes que simulan una sintonía con las montañas nevadas, el esquí y una figura esquimal viviente que, en cada paso, irradia estilo y fortaleza. Así, presenta prendas que pueden usarse por separado para un invierno intenso, pero que, a su vez, dejan ver la sensualidad desde el primer vistazo del espectador.

En cuanto a accesorios, destacan las carteras extensas y livianas en colores que dialogan con la paleta de la colección, así como canguros, gorras y chuyos. No puede dejar de mencionarse el calzado: voluminoso, de piel, pero en sintonía con el estilo propuesto y el contexto inspiracional.
¡Enhorabuena, Pilar! Por conquistar territorios fuera de Madrid y atreverse a sintonizar con la naturaleza. Y, más aún, por lograr un lleno total en un escenario rodeado de los amantes de la moda europea y española. Para no romper con la armonía del entorno, cada invitado recibió cascos con audífonos, permitiendo que la música estuviera sincronizada entre todos, sin alterar el silencio majestuoso de las montañas de Sierra Nevada.