El lunes 21 de abril, un recluso escapó del penal de Lurigancho burlando la seguridad del INPE, lo que reveló graves fallas en la vigilancia. El preso, aún no identificado, aprovechó una brecha de seguridad para escalar un muro, evadiendo cámaras y guardias.
Pese a la alta seguridad del penal de Lurigancho, un prisionero logró desactivar la vigilancia, poniendo en duda la efectividad de las medidas de seguridad. El INPE investiga cómo el reo eludió los controles, considerando los altos muros y sistemas de alarma diseñados para prevenir fugas.
La precisa y planificada fuga del recluso, escalando un muro de 5 metros, preocupa a las autoridades penitenciarias. Se presume que conocía las debilidades estructurales de la prisión, lo que le permitió escapar al exterior sin ser interceptado por las patrullas.
El INPE investiga posibles complicidades internas o negligencia en la fuga, revisa los sistemas de vigilancia y protocolos, y mantiene la búsqueda del recluso. Se ha ordenado reforzar la seguridad en las cárceles a nivel nacional.