En plena Semana Santa, una propuesta artesanal y ya reconocida en el medio, se hace espacio tras la inauguración de su nuevo local. Dulce Perú de Elizabeth Du-Bois, se presenta como una vitrina viva de la repostería criolla de antaño.
Tras 16 años recorriendo el país con ferias dulceras, Du-Bois decidió abrir una tienda física con un objetivo claro: salvar del olvido a los postres peruanos tradicionales. “Yo no vendo moda, doy historia y tradición”, asegura. Su propuesta no solo apela al gusto, sino a la identidad cultural: cada receta encierra siglos de herencia, muchas veces ignorada por el ritmo moderno.
Entre los dulces más llamativos se encuentran el ranfañote, preparado con pan tostado, frutas secas, canela y coco —una especie de granola virreinal sin conservantes—, y el sanguito, que vendían los pregoneros por las calles limeñas, servido sobre papel manteca y con yapa si uno acertaba el número de monedas en sus bolsillos. También está la bola de oro, postre de convento que los virreyes encargaban para bodas y comuniones.

En la carta figuran otros clásicos como los guargüeros (masa frita rellena de manjar), el tocino de cielo (precursor de la crema volteada), y brillantes reinterpretaciones del tradicional combinado (arroz con leche y mazamorra servidos calientes y juntos, como dicta la costumbre más reciente).
Algunos, como el propio ranfañote y el sanguito, estaban en riesgo de desaparecer. “Son dulces antiguos que nosotros tratamos de rescatar”, explica Du-Bois. La mayoría de jóvenes jamás ha probado estos sabores. Por eso, cada preparación se convierte en una clase de historia comestible. “Lo que nosotros hacemos es tratar de que los dulces no se pierdan”, enfatiza.

Dulce Perú también impulsó la creación del Día del Dulce Peruano, celebrado el cuarto sábado de abril desde hace 14 años. “Había día del anticucho, del pollo a la brasa, del chicharrón… pero no había del dulce. Era hora de tener uno”, comenta Du-Bois, quien celebra este año la apertura de su espacio con la esperanza de convertirlo en un punto de encuentro entre generaciones.