Llegó la tormenta logística. El panorama ha cambiado vertiginosamente en el mundo luego del anuncio del pasado 2 de abril, donde el presidente Donald Trump impuso una serie de aranceles al Perú y a otros países del mundo. Si bien las medidas aún no pueden terminar de analizarse con relación a su impacto, lo cierto es que la dinámica logística mundial ha sucumbido ante una nueva fórmula.
El presidente de los Estados Unidos impuso finalmente un 10 % de aranceles al Perú. Esto, más allá de imponerse a los acuerdos comerciales vigentes (un TLC activo desde el año 2009) hace que nuestros exportadores pierdan mercado y, a su vez, busquen nuevas condiciones de competencia en el mundo.
El sector al que más golpea esta medida en el Perú es la agroexportación. Nuestro país había consolidado su posición como uno de los principales proveedores de productos agrícolas al mercado estadounidense. En 2024 las exportaciones agrarias alcanzaron los USD 12 798 millones, con Estados Unidos como destino clave.
Agroexportadores que producen arándanos, paltas o uvas de mesa se van a ver relegados, pues sus productos costarán un 10 % más. En este contexto, es predecible que países como México terminen por copar ese mercado, ya que cuentan con los mismos productos que el Perú (en el caso de las uvas, por ejemplo) y no se les ha impuesto aranceles en ese sector. En nuestro caso nos falta analizar si a los productos que forman parte del TLC vigente es aplicable o no esta alza.
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