Es una mañana de poco sol. Para el ojo del inexperto, la puesta en escena se observa casi ordinaria, anticlimática. Las grúas repartidas en lo que es la primera etapa del Puerto de Chancay se apuestan frente a un rompeolas de 2.7 kilómetros. Hay contenedores vacíos para todas las prácticas realizadas desde hace unos meses. Aún no se ven grandes barcos que acoderan ni se transmite la sensación de la pujanza comercial, natural en cualquier puerto del sudeste asiático. Pero lo más importante es un número que no podemos ver y que de hecho tiene su significado debajo de nuestros pies: 17.8 metros.
Ese es el calado máximo de los buques que podrán ingresar a este puerto ubicado a menos de dos horas de Lima. Es la distancia vertical entre un punto de la línea de flotación y la quilla. El calado del Callao, el principal puerto del Pacífico Sur, es de 16 metros, lo que refleja su importancia y le permite recibir naves que transportan hasta 15 mil contenedores. Pero esos casi dos metros adicionales hacen una gran diferencia.
“Es lo más importante”, resume Mario de las Casas, gerente de relaciones institucionales de Cosco Shipping Port Chancay. “No hay puerto en Sudamérica que tenga ese calado. Puede que en febrero o marzo comiencen a entrar los buques de 400 metros de largo y 60 metros de ancho a plena carga”. Cada uno con entre 18 mil y 22 mil contenedores. Es lo que convierte a Chancay en un hub portuario un concentrador con ruta directa a Shanghái alimentado por los puertos vecinos, del Perú y los países de la región. Comenzando por Brasil.
ESCÁNERES GRINGOS
El 4 de noviembre la zona del edificio portuario destinado a la Sunat recibió una visita muy significativa. La embajadora estadounidense Stephanie Syptak-Ramnath inspeccionó las instalaciones donde funcionarán los tres modernos escáneres que la aduana de ese país donará a su par peruano, y que inspeccionarán toda la carga en los vehículos que entran y salen. Se trata de un gesto con evidente peso geopolítico.
CARETAS 2713 recogió las versiones publicadas en medios internacionales sobre las prevenciones que occidente tiene en torno a la presencia china en Chancay, el primer puerto privado de uso público del país.
“Los escáneres son la mejor demostración de nuestra apertura”, responde de las Casas. “Ojalá Estados Unidos también invierta en puertos”.
Analistas extranjeros advierten que toda inversión de la billonaria Iniciativa de la Franja y Ruta, como lo es Chancay, debe cumplir estándares militares y que, en caso de un potencial conflicto, el nuevo puerto podría servir de base militar a los chinos.
“Decir que vamos a tener misiles o submarinos es una locura”, objeta el ejecutivo. “El país está abierto a las inversiones, y las necesita. Pero este es un país soberano y para ingresar cualquier armamento se pide una autorización al Congreso”.
Los ceños también se fruncieron con la reciente presentación de un amparo para evitar, por el momento, la presencia de Ositran, incluso después de la modificación legislativa que permitió que Cosco tenga la exclusividad para proveer los servicios esenciales en el puerto. La regulación, explica de las Casas, “solo se aplica si no hay una sana competencia. Primero se tiene que manifestar Indecopi y recién ahí entra a regular Ositran. No estamos renuentes a ser fiscalizados. Sencillamente que las instituciones definan si corresponde o no”.
¿Si es así por qué entonces presentar el recurso ante un juzgado de Chancay?
“Porque ya no tenemos una dirección legal en Lima”, argumenta.
ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES
El proyecto fue impulsado por el almirante retirado Juan Ribaudo la Torre, fundador de Pesquera Diamante, que en 2007 fundó la empresa Chancay Port, que reubicó las insalubres chancherías del lugar, y compró el terreno. En 2011 se asoció con la minera peruana Volcan, que tras la muerte de Ribaudo en 2013 adquirió el 100 % de la propiedad del proyecto. Volcan inició el proyecto de manera solitaria, con la proyección de invertir un poco más de USD 460 millones. En 2017 colocaron la primera piedra, pero se hizo claro que el monto rebasaría los USD 1800 millones. La búsqueda de socios terminó en Cosco Shipping, estatal china con participación en casi 40 puertos, de Long Beach al Pireo griego, que pasó a ser la propietaria del 60 %. A pesar de la naturaleza de Volcan, Chancay no exportará ni importará minerales sino principalmente agregados en general, granos y contenedores con carga suelta y rodante.
“Comenzamos la construcción en firme en 2021”, recuerda de las Casas, que era gerente de logística de Volcan. “El socio principal es el operador integrado más grande del mundo. No es solamente un jugador de puerto, sino de naves. No tenemos que esperar a una naviera que quiera hacer la ruta Chancay-Shanghái, sino que desde enero tendremos un barco semanal en esa ruta.
El recién electo Donald Trump ha prometido redoblar las hostilidades comerciales con la imposición de tarifas del 60 % a los productos chinos. El gobierno de Xi Jinping, mientras tanto, mira al sudeste asiático y América Latina para reemplazar la potencial pérdida en Estados Unidos y Europa. Los autos eléctricos y la tecnología de transición energética son rubros capitales. Esto quedó en evidencia durante el viaje de la presidenta Dina Boluarte a China, cuando invitó a la empresa BYD a instalar una planta ensambladora de los vehículos anexa a Chancay. Sería parte del llamado “Chancaypark”, proyecto de parque industrial de 850 hectáreas que tiene Volcan, con 60 hectáreas de área logística, 30 de zona industrial, y también espacios residenciales y de amenidades.
Para ello es crucial la aprobación de la nueva ley de promoción de las Zonas Económicas Especiales (ZEE). “Colombia tiene 109 ZEE”, compara de las Casas. “Ya está todo inventado y conocemos las mejores prácticas. Uruguay es un caso de éxito. Antes Costa Rica solo exportaba fruta y ahora exporta chips y stents para el corazón”.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, reveló a CARETAS que el texto sustitutorio de las ZEE –modificado sobre un proyecto de su autoría– ya tiene dictamen en la Comisión de Economía y se espera su debate y votación en el pleno el próximo jueves 21.
“Primero es una ley marco que cambia el enfoque existente en el Perú. Tenemos 15 zonas francas públicas, y funcionan solo 4. Lo que vamos a hacer es que ingrese el privado y que asuma la gestión y el riesgo. El Estado tiene presencia con la Sunat y con lo que toque. El privado arma su expediente y lo lleva al Mincetur: quiero hacer una ZEE en Chancay, Ancón o el norte. Mincetur lo revisa, se aprueba y se crea vía ley del Congreso”.
La parte central es la de los incentivos tributarios. Salhuana explica que “el impuesto a la renta se elimina los cinco primeros años. Del 6 al 10 sería de 7.5 %, del 11 al 15, 10 %, del 15 al 20, 12.5 % y del 20 al 25 sería 15 %”.
Habrá incentivos adicionales vía Proinversión con ZEE que adopten tecnologías limpias, de reciclaje y energías alternativas. “Todo lo que lleve a emisiones cero de carbono”, añade el presidente del Legislativo.
En las ZEE estaría uno de los saltos más importantes relacionados con Chancay. “El Estado es dueño del 30 % que generas a través del impuesto a la renta. Incluso la Sociedad Nacional de Industrias (SIN) apoya que en un principio sea de cero para animar a la inversión a instalarse. Ellos saben que van a alimentar de componentes a estas fábricas”.
El otro salto, todavía más lejano, es el ferroviario. “Esto va a ayudar en algo pero faltan ferrocarriles”, reclama de las Casas. “Cuestan USD 10 mil, 15 mil millones, pero se recuperan. El ferrocarril central se hizo a lomo de bestia hace 120 años. Cómo no se van a hacer ahora. Estados Unidos tiene 6 líneas férreas. Perú no tiene conectividad y por eso vivimos en permanente convulsión”.
De otro lado, la reducción de costos logísticos para alimentar a 1900 millones de personas con solo el 9 % de tierras cultivables del mundo es un objetivo central de China. Si bien, por ley, buscan la “autosuficiencia absoluta” en materia de granos, China actualmente importa 207 mil millones de dólares en productos agrícolas de los cuales apenas USD 370 millones provienen del Perú, con los arándanos, uvas y paltas como las estrellas. El cielo es el límite.
CIUDADES POTENCIADAS
Las innovaciones pueden verse en cada zona del puerto. Todos los servicios son independientes del distrito de Chancay. Tiene línea de interconexión de 8 kilómetros y en su primera etapa tendrá 34 megavatios para su alimentación energética, además de contar con planta desalinizadora y de tratamiento de aguas. Los barcos que ingresan se alimentarán de la energía del puerto para que no generen combustión. El puerto nace con huella de carbono neutro.
Además, la zona de contenedores en los terminales 3 y 4 será totalmente automatizada, sin presencia humana en las instalaciones. “El barco se acodera, viene la grúa, saca la carga y la coloca. El sistema le indica al chofer del camión, anda al x5. Estacionas, la grúa te pone el contenedor y se van”. El tiempo aproximado que tomará todo el proceso será de 20 minutos.
Para llegar, el camión pasará por el túnel viaducto de 1820 metros, uno de los más largos del Perú, construido para no congestionar adicionalmente la ciudad de Chancay.
¿Qué ganan ese distrito y la vecina provincia de Huaral con el puerto?
“Hay 6 emisores de desagüe que van a las orillas de Chancay”, explica de las Casas. “Cuando consultamos con el alcalde sobre una planta de tratamiento, respondió que no contaba con presupuesto. Hace cinco años firmamos un convenio para contar con un vehículo legal que nos permita hacer estudios de preinversión. En el caso de la planta de tratamiento, se creó el código único de inversión, ya está en la Programación Multianual de Inversiones (PMI) y Vivienda la está ejecutando. El estudio costó más de USD 200 mil, pero el proyecto supera los USD 200 millones”.
Del mismo modo, coordinaron con ese ministerio para que los planes de desarrollo urbano de Huaral, Chancay y Aucallama tengan un criterio unificado. Tras la etapa de consultas públicas, culminada la semana pasada, el documento está en vísperas de ser aprobado.
Adicionalmente, el consorcio contrató una empresa internacional que hizo el levantamiento fotogramétrico de toda la zona. Un estudio especializado en el desarrollo de ciudades ha hecho un bosquejo que también ha sido entregado como aporte al sector Vivienda.
“La idea es tratar de minimizar el impacto en las zonas agrícolas y subir la densidad, con un crecimiento ordenado que debería ser hacia el norte”, detalla de las Casas, cuyo bisabuelo, Benjamín Vizquerra Martínez, fue el primer alcalde de Chancay hace poco más de un siglo. “Dejarle a los que vienen una mejor ciudad. Ahí está la camiseta”.
La oposición al proyecto ha sido limitada. El incidente de mayo de 2023, donde fueron severamente dañadas dos viviendas durante la construcción del túnel, puso a Chancay bajo la lupa. Los artículos de medios con elementos críticos solían tener una vocera: Miriam Arce, del Frente de Defensa de Chancay. Las notas también mencionan a pescadores artesanales que han visto complicado su trabajo. Cosco argumenta que los apoyan con dotaciones económicas, becas estudiantiles, revisión técnica de las embarcaciones y programas de reconversión laboral.
Aunque todas las señalizaciones están en español y mandarín, la vocería china es aparentemente inexistente. De las Casas, mientras tanto, asume el papel de motivador local de buenas noticias. Cuenta en plan de gesta como movieron un cerro entero y con la calidad de esa cantera pudieron construir el rompeolas. Allí mismo tuvieron una planta de concreto de Unicon y otra de metalmecánica que hizo los pilotes de 40 metros. Una más hizo los acrópodos, que son las estructuras que combaten la erosión marítima. Calcula que, si no hubieran hecho ese trabajo in situ, los costos de la primera etapa hubieran llegado a los USD 2500 millones, además de las molestias para los vecinos por el traslado de todas esas piezas.
“Un puerto profundo es muy caro”, explica. “Pero con la falla geológica de la zona los pilotes no necesitan más de 40 metros. Agarras roca para clavar el pilote a 15 metros debajo de la capa del fondo del mar. En otras zonas, como no encuentras roca, tienes que poner pilotes de hasta 70 metros. Esas son las variables que hacen un proyecto”, se admira.
¿Suerte? Es el calado de 17.8 metros que hace casi toda la diferencia. “No fue por suerte que estuvieron Caral y el imperio incaico”, concluye de las Casas con gravedad histórica. “Es por ubicación”. A pesar de todos los problemas, la brisa marina nos vuelve a recordar que Dios es peruano.