A un economista arequipeño –con apellido modificado para simular ser descendiente directo de un conquistador, asesor de varios dignatarios en el mundo, algunos de ellos sátrapas–– le pareció que Andrés Hurtado, “Chibolín”, tenía un coeficiente intelectual por encima del peruano promedio. Quizá por eso, Hernando de Soto, lo hizo su asesor de marketing político en la última campaña presidencial y lo visitó reiteradamente en su programa televisivo. Pero, no solo el economista se dejó seducir por el lisonjero comediante travestido reconvertido en empresario, asesor, lobista y, sobre todo, en el hacedor de una verdadera telaraña de tráfico de influencias e impermeable corrupción transversal. También cayó redondito el alcalde de Lima Rafael López Aliaga quien, solo en este 2024, fue cuatro veces el invitado estelar de su show televisivo para participar de una empalagosa propaganda de su gestión municipal. En la última presentación, Hurtado metió la mano al bolsillo del alcalde, extrajo su cartera, sacó todos los billetes que encontró, y se los regaló a una artesana andina que había sido invitada, no para recibir dádivas indignas, sino para mostrar su trabajo. El alcalde toleró la vejación con una sonrisa complaciente.
Por coincidencia, Renovación Popular contrató al productor de “Chibolín” José Malpartida Abadía para hacer, supuestamente, “media training” a sus candidatos y congresistas, pagando por esos servicios la nada modesta suma de 657 mil soles de nuestros impuestos. Ese dinero fue transferido del erario al partido de “Porky” como parte del financiamiento público a los partidos con representación en el Congreso.
No solo candidatos presidenciales fueron seducidos por los encantos del comediante, también presidentes reemplazantes o electos aceptaron las pedestres campañas psicosociales urdidas por Andrés Hurtado, supuestamente, para mejorar su popularidad entre las clases más necesitadas, exponiéndose en su programa. Martín Vizcarra, otro caserito del programa de “Chibolín”, era descrito por Hurtado como el presidente que estaba liderando la mejor gestión de control y lucha contra la pandemia COVID-19 en todo el planeta. Era, según el comediante, el padre dedicado que no dormía por hacer todo lo posible para cuidar de la vida de sus indefensos hijos. Vizcarra devolvía los piropos en videos grabados desde el jardín de Palacio de Gobierno, con el mismo tono de voz con el que mentía dolosamente en cadena nacional todos los días de cuarentena al mediodía. Habría que incluir a “Chibolín” en la lista de sesudos asesores pandémicos de Vizcarra, junto a los indispensables Hayimy Jesús Aleman Herrera, el supuesto vidente conocido en el mundo de la farándula simplemente como “Hayimy”, y a Richard Javier Cisneros Carballido, cuyo nombre artístico es “Richard Swing”. Ahora entendemos por qué en el Perú la gestión de la pandemia no solo fue irresponsable, torpe e inhumana. También fue dolosa, criminal, genocida. Lo confirman las estadísticas y las investigaciones penales que lentamente empiezan a hacerse. A Martín Vizcarra no le interesaba un comino la vida de los peruanos, su prioridad era hacer negocios, complacer su ego, y satisfacer a los asesores. Nada más.
Pedro Castillo, a través de su indecible jefe de la DINI José Fernández Latorre aceptó prestarse en una puesta en escena canallesca, usando a niños enfermos de cáncer, a quienes sometió a un maltrato incalificable para lograr, supuestamente, la generocidad del chotano golpista. Todos recordamos esa foto infame en la que Pedro Castillo y Andrés Hurtado muestran un cheque de utilería millonario y sin fondos por una cifra astronómica, irreal y supinamente irresponsable. Nunca llegó un solo centavo para los enfermos oncológicos. Hoy se sabe que la DINI le habría pagado por esa miserable campaña a Hurtado con fondos reservados de inteligencia.
LA RUTA DEL ORO ILEGAL
Los subsistemas de crimen organizado, lavado de activos y pérdida de dominio, tanto del Ministerio Público como del Poder Judicial, fueron penetrados por la telaraña de Andrés Hurtado. El patético caso de la fiscal superior Luz Elizabeth Peralta Santur, que públicamente dice que solo sabía que “Chibolín” era “proxoneta”, no es el único. La reconstrucción de cómo fue posible la devolución de 200 kilos de oro de dudosa procedencia –incautado por las autoridades en febrero del 2020 a varias empresas del mundo informal de la explotación del oro– ha descubierto a otros magistrados involucrados en esta millonaria red de tráfico de influencias. Está el fiscal contra el crimen organizado Lucio Sal y Rosas, el magistrado que salió del anonimato por haberse quedado dormido en un semáforo manejando temerariamente en completo estado de ebriedad, fue el que hizo posible que ese oro, tasado en más de 16 millones de dólares en el mercado internacional, regresara a sus cuestionados dueños. También están los tres jueces superiores que le ordenaron al cancerbero Richard Concepción Carhuancho devolver el oro incautado, ellos son los magistrados Iván Alberto Quispe Aucca, Walter Salvador Gálvez Condori y Edgard Francisco Medina Salas. Estos jueces y fiscales deberán explicar sus resoluciones en las que estuvieron en juego varios millones de dólares y, donde todo indica, no hubo razones jurídicas sólidas ni sustentables para regresar la millonaria incautación. Los órganos de control que, en teoría son autónomos y tienen todas la prerrogativas para sancionar ejemplarmente a los magistrados resabiados, deberían iniciar de oficio investigaciones prolijas para esclarecer si se trató de coincidentes fallos, que beneficiaron a los clientes de “Chibolín”, o estamos ante todo un engranaje de tráfico de influencias bien aceitados en fiscalías y juzgados. El oro alcanza para todos.
Pero, Andrés Hurtado no solo traficaba influencias para lograr que sus amigos o clientes recuperen su oro ilegal. También estaba metido en el lucrativo e ilegal negocio de lavar el oro extraído explotando personas, contaminando el medio ambiente, evadiendo impuestos y corrompiendo autoridades. Apenas se ha escarbado en la telaraña construida por “Chibolín” un nombre que se repite en sus empresas de fachada: Kelly Katherine Medina Meza, una mujer que saltó de asistente de producción de su programa a gerente general o representante de la docena de empresas con las que operaba esta organización. Una de ellas es especialmente importante. Se trata de Inversiones Los Ceivos S.A.C, dedicada a la comercialización de oro de dudosa procedencia y, donde Kelly Medina, aparece como gerente general. Esta compañía fue creada en septiembre de 2018 por Ana María Lei Siucho, madre de Jean Carlo, Javier, Sebastián y Diego Miu Lei, los primos hermanos de los Siucho Neira, también involucrados en operaciones de compra y venta de oro ilegal. La incursión de “Chibolín” en la minería ilegal (convertida en la primera economía ilícita por encima del narcotráfico y trata de personas moviendo alrededor de 5800 millones de dólares al año) puede ser señal que sus clientes, a quienes les conseguía resultados favorables en fiscalía y juzgados, también le pagaron por sus eficientes “servicios” en acciones. Coincidentemente, Kelly Medina, la apoderada de la docena de empresas de Hurtado, fue nombrada gerente general de la empresa comercializadora de oro apenas dos meses después (14 abril de 2022) de que Javier Miu Lei recuperara las cinco barras de oro con más de 38 kilos (18 de febrero de 2022) que le fueron incautadas a su empresa Lomas Doradas en 2020. El oro recuperado cuesta en el mercado internacional 3 millones 289 mil dólares. Así, Andrés Hurtado, “Chibolín”, pasó de traficante de influencias a traficante de oro. Y no es un negocio menor, Los Ceivos S.A.C exportó, solo en 2023, 28 millones de dólares de mineral. ¿Qué porcentaje de la ganancia de estas exportaciones le tocó a Hurtado?
OTROS PERSONAJES DE LA FARÁNDULA
En una entrevista en el programa Vida y Milagros, Carlos Cacho le contó espontáneamente a Milagros Leiva que, cuando llegó al penal San Jorge sentenciado por haber atropellado a un transeunte en estado de ebriedad, lo esperaba adentro su amigo Andrés Hurtado junto a la directora de la desaparecida cárcel del centro de Lima para asegurarle que estaría protegido, a salvo mientras dure su estancia obligada entre rejas. Es, sin duda, un gesto que cualquier persona que tenga que ir a una cárcel en Perú agradecerá por el resto de su vida. Esta anécdota en la azarosa vida de Cacho, sin embargo, muestra el poder de la telaraña de Hurtado. En el 2011, cuando sucedió esto, ya “Chibolín” era capaz de abrir todas las puertas, incluso las de una cárcel para cuidar a los que consideraba sus amigos. ¿Qué más hizo, desde 2014, cuando empezó su programa sabatino de cuatro horas en Panamericana Televisión?
El humorista Alfredo Benavides Gastello, quien se hizo conocido por su personaje “El niño Alfredito” está procesado junto a la esposa de su hermano, el conocido imitador Jorge Benavides, por lavado de activos. La fiscalía lo acusa de ser testaferro del inefable exalcalde de San Juan de Lurigancho Carlos Burgos Horna, sentenciado a 16 años de cárcel al habérsele encontrado responsable de un rosario de delitos cometidos en el ejercicio de su cargo de elección popular en el distrito más poblado y más carente del Perú. El Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop), liderado por la fiscal superior provisional Marita Barreto Rivera, maneja información de un supuesto acercamiento de Andrés Hurtado a la destituida fiscal Patricia Benavides. Según esta versión, “Chibolín” habría ofrecido arreglar el tema de las tesis voladoras de Benavides en la Universidad Alas Peruanas a cambio de que la exfiscal de la Nación use su poder para bajarle la gravedad a las acusaciones fiscales contra Benevides y su cuñada. No sabemos qué ha hecho Barreto (que también tiene una tesis de maestría voladora en Alas Peruanas) y su equipo con esta información relevante entregada por un aspirante a colaborador eficaz mucho antes que estallara el escándalo del “Chibolín Gate”. Fuentes bien informadas del equipo que investiga a Hurtado consideran que Alfredo Benavides sería parte de la telaraña de “Chibolín”. No se descarta que en los próximos días, no solamente sea citado, quizá se pida alguna medida restrictiva de su libertad para ir en busca de elementos que los investigadores consideran pueden encontrarse en su poder.
EN LA MIRA DE LA DEA
No es casualidad que policías del grupo Orión de la Dirandro fueron los que seguían de cerca a Andrés Hurtado en los días previos a su orden de detención preliminar. “Chibolín” ha estado ligado al narcotráfico desde la década del 90 del siglo pasado, cuando se reveló que era uno de los proveedores de mujeres del narco Demetrio Limonier Chávez Peñaherrera, alias “Vaticano”. En medio de este escándalo, el reportero Joseluis Leiva de Cuarto Poder reveló que Hurtado sigue siendo apoderado de los bienes que aun le quedan a este narco que ya cumplió su condena. Sin embargo, fuentes de la agencia estadounidense antidrogas DEA, sostienen que los vínculos de Andrés Hurtado con bandas internacionales del narcotráfico son más grandes y diversos. Tendría, también, conexiones con organizaciones criminales chechenas y albanesas, según información que ellos manejan. Ya se han hecho públicas fotos de Andrés Hurtado con altos funcionarios de la República de Chechenia, un pequeño Estado que perteneció a la extinta URSS y que, según agencias federales estadounidenses aparece en el mapa de narco Estados, aunque la Federación Rusa ha retomado su control político sobre ella. Abraham Mina Recavarren –el joven barbudo que está relacionado con la telaraña de “Chibolín” porque, a través de su empresa Mina Consultores, ha facturado alrededor de un millón de dólares a varias empresas que contrataban publicidad en el programa “Porque hoy es sábado con Andrés”– sería el contacto. Lo que la DEA cree es que la verdadera conexión de Abraham Mina es con las organizaciones chechenias islamitas dedicadas al tráfico de drogas internacional. Hay una línea de investigación que ya conocen las autoridades peruanas que podría hacer que la telaraña de “Chibolín” traspase nuestras fronteras y se convierta en objeto de investigación criminal transnacional. Esto recién empieza. Tenemos “Chibolín Gate” para rato.
* Autor del libro “El perfil del Lagarto”.