En Ica, entre hilos y telas, comenzó a forjarse la historia del multidisciplinario Diego Yamashiro. Desde pequeño estuvo rodeado de textiles, viendo a su madre negociar con fardos de tela que intercambiaba en las desmotadoras. En este ecosistema, empezó a desarrollarse un ojo por la moda, un talento que hoy brilla en las pasarelas más importantes de España.
“Crecí bajo la falda de mi madre”, comenta unos segundos después de pensar en la pregunta. Su madre, comerciante de algodón y telas, lo introdujo al mundo de las texturas y colores desde temprana edad. “La acompañaba al sastre, observaba cómo se creaban las prendas. Eso influyó en mi interés por la moda”.
Diego estudió administración en la Universidad de Lima, pero su espíritu creativo lo llevó a fusionar ambos mundos. “Me sorprendí mucho en ese tiempo, sentí un poder físico, un talento que brotaba sin buscarlo”, confiesa. Así nació “Di Uai”, su marca personal. Un ingenioso juego fonético de sus iniciales D y Y en inglés (D-Y), que además evoca su apodo en Estados Unidos.
Su salto a la fama llegó cuando ganó una beca para estudiar moda en España. “Era un sector virgen en Perú. Ganar esa beca fue como surfear la cresta de una ola”, explica. Una vez en Madrid, tocó puertas hasta llegar a Devota & Lomba, una de las casas de moda más prestigiosas de España. “Empecé limpiando el estudio, observando, aprendiendo. Ahora soy jefe de imagen, creando la narrativa visual de las colecciones”.
La última colección de Devota & Lomba, presentada en el emblemático Museo Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es un homenaje al cuadro “La Primavera” de Giuseppe Arcimboldo. “Rescatamos colores y formas, jugando con transparencias y volúmenes. Es slow fashion, prendas únicas que pueden pasar de generación en generación”, detalla Diego. Otro aspecto que destaca de esta colección es el cabello cardado que lucen las modelos.
Pero quizás uno de sus proyectos más entrañables es el polo “Di Uai 10”. “Soy un loco del fútbol, siempre usé el número 10. Quise crear una prenda que combinara mi amor por el deporte y el algodón peruano”, cuenta. Esta camiseta ha llegado a manos de celebridades como Bobby Brown, convirtiéndose en un símbolo que, en sus palabras, tiene el propósito de ser un ítem conocido en todo el mundo.
Mirando al futuro, Diego planea expandir su influencia a Miami y seguir apoyando a jóvenes artistas en Perú. “A veces, para jugar en las grandes ligas, hay que complementarse con los gigantes del diseño y esperar nuestro momento para brillar”, reflexiona con la sabiduría de quien ha recorrido un largo camino. Un camino largo, pero nada es imposible para quien ya pisa fuerte en las canchas extranjeras.