Con un nombre que significa “la que va a triunfar” en árabe, Nayaj Gámez ha trabajado muy duro para convertir esas palabras en su realidad. Superando retos y obstáculos, ha forjado un sendero único como modelo de talla grande y actual Miss Curvy Perú. Y ahora, se prepara para conquistar un nuevo escenario: el prestigioso certamen Miss Perú.
“Para mí es una gran responsabilidad porque represento a muchas mujeres que nunca se pudieron ver identificadas en algo hermoso”, comparte con una sonrisa radiante.
Nayaj no es una recién llegada en el mundo del modelaje. Su reinado como Miss Curvy Perú 2022, la catapultó a la fama, abriéndole las puertas a una plataforma que le permitió conectar con otras mujeres que compartían historias similares de lucha y aceptación.
Pero su trayectoria no se detiene ahí. Actualmente es profesora de foto pose y pasarela para mujeres de talla grande. Además, es ingeniera y previamente se ha desempeñado como bailarina, actriz y maquilladora profesional.
El anuncio de su participación en el certamen Miss Perú ha generado un torbellino de reacciones en las redes sociales, desde elogios hasta críticas. Pero Nayaj, lejos de dejarse intimidar, abraza estas voces divergentes con gracia y sabiduría.
“Responder al odio con más odio solamente es fomentarlo”, afirma. “Prefiero ayudar a la gente a sanar, enfocarme en eso. Me gusta entrar en un espacio de debate, con respeto, para que las personas puedan opinar desde el conocimiento”.
Detrás de su fortaleza se encuentra la fe que la ancla en los momentos más difíciles. Como cristiana, Nayaj encuentra paz y propósito en su relación personal con Dios, un pilar fundamental que la guía a través de los altibajos del mundo del modelaje. “No ventilo mis problemas con las demás personas. Prefiero llevarlos a Jesús lo que realmente me da la paz que necesito en medio de cualquier tormenta”.
Más allá de la corona y el título, el verdadero objetivo de Nayaj es dejar una huella indeleble en las vidas de las niñas y mujeres que luchan por aceptar sus cuerpos. “De pequeña siempre pensaba que quería admirar a una mujer que se pareciera a mí”, reflexiona. “Ahora me he convertido en la mujer que esa niña podría admirar”.
Con su pasión, su determinación y su abrazo incondicional a la diversidad corporal, Nayaj Gámez se perfila como una fuerza imparable en la industria de la moda. Y sin importar el resultado en Miss Perú, su legado como una pionera de la revolución curvy ya está asegurado.
“El amor y la representación son lo más importante”, concluye con convicción. Palabras que resuenan, invitando a todas las mujeres a celebrar su belleza única y caminar con orgullo en la pasarela de la vida.