CINEFILIA
En una serie de Apple TV llamada Sugar, el gran Colin Farrell le dice a un director de cine que él, más que cinéfilo, es un adicto que ve incansablemente las mismas películas. Claro, su personaje es un alienígena, pero es muy difícil para este terrícola que les escribe no identificarse con un detective que lee Sight and Sound o Cahiers du Cinema.
Conozco a muchos extraterrestres que como él siguen, como yo, a los directores y que ven con frecuencia sus mismas películas. Me sucede por ejemplo con Claudia Llosa, de la que he seguido toda su obra desde Madeinusa. Pero no sólo me he limitado a sus películas sino también a cortos tan valiosos como Loxoro y a sus trabajos de promociones como el memorable que hizo para Telefónica.
Buena parte de los directores contemporáneos hacen cortos para publicidad, video clips, etc. Los de mayor interés me resultan Spike Jonze, Michel Gondry, Stephane Sednaoui y sobre todo los de Jonathan Glazer, el ganador del Oscar por “La zona de interés”.
En España acaba de salir el corto de Estrella Damm 2024, una empresa de cerveza catalana que cada año hace un concurso entre los mejores directores españoles para hacer un película para la temporada. Este año lo ganó Claudia Llosa y es excepcional. Está en Youtube. Habría que decir que es el mejor de todos los que la empresa ha comisionado, a pesar que en los anteriores hay superestrellas de la música y actores de la talla de Luis Tosar y Luis Zahera.
La nueva obra de Llosa es puro cine con una edición endiablada, con imágenes de fragmentos de segundos para contar una historia que oscila entre pasado y presente, amor y desamor. La eterna historia que vivimos todos pero a un ritmo marcado por la banda sonora de “Yes Sir, I Can Boogie”, versionada per Debbie.
Todo se desarrolla en Menorca entre discotecas, ligues, cama, playas y acciones que se identifican con nuestros recuerdos. Y al final una frase memorable: “cambie lo que cambie, que lo importante nunca cambie”.
NIERI
La exposición de Miguel Nieri (1932) en la Galería Pancho Fierro es un hecho que merece destacarse en estos tiempos de geometrías mercantilistas tan próximas a la vacuidad.
Egresado de Bellas Artes en 1961, Nieri forma parte de una generación de artistas notables. Su obra recibió la Medalla de Oro de su Promoción para estudiar en 1963 en París. A su regreso reinicia una carrera brillante manteniéndose fiel a la abstracción, que era la vanguardia en la Escuela desde los años 50.
Los años 60 fueron revolucionarios en todo el mundo y nosotros no fuimos la excepción. Se formó el grupo Arte Nuevo bajo la guía de Juan Acha e importamos todas las tendencias que subvertían las formas de ver. Sin embargo, Nieri y la mayoría de su generación se mantuvo fiel a la pintura con una formidable abstracción estructurada cuyos inicios expresionistas, paulatinamente, fueron derivando a indagaciones precolombinas, particularmente Chavín, que finalmente desembocaron en una composición más arquitectónica, con un rigor excepcional. Esta misma obra le mereció reconocimiento en varios eventos internacionales, el más conocido es la Bienal de Sao Paulo, en 1975.
Sigo admirando la obra de Nieri. En 1990 organicé su primera retrospectiva en lo que era la Sala Luis Miró Quesada Garland, antes Centro Cultural de la Municipalidad de Miraflores. Allí propuse, infructuosamente, a la Gerente de Cultura realizar esta exposición que hoy se exhibe en Lima.
No dudo que en esa oscilación pendular del arte, esa compleja abstracción volverá a ser apreciada en su debida dimensión, así como ha ocurrido con otras tendencias olvidadas que nuevamente emergieron para ser redescubiertas por una nueva generación, como ocurre con la de hoy, intoxicada por todas las copias baratas -a precios caros- de Ellsworth Kelly que han saturado el mercado.
CIRCE
En un país de riquísima tradicional textil son muy raros los ejemplos de tapicería en el arte contemporáneo del Perú. El más persistente ha sido Eduardo Llanos, hoy dedicado a la pintura. La última gran muestra que he visto ha sido la importantísima exposición de Ella Krebs, pero esos tapices fueron realizados hace más de tres décadas y hoy son piezas históricas.
Sofía Ruiz rompe con estas barreras en su primera exposición. Presenta una serie de tapices con nuevas formas escultóricas, a manera de móviles que cuelgan del techo -el del centro del edificio es un espectáculo- y otros que coloca de manera más convencional, pero que mantienen su impacto tridimensional, superior a sus obras pictóricas que a pesar de ser necesarias en su discurso se aprecian prescindibles.
La obra de mayor impacto es esa suerte de tejido sobre la pared de la 770 en la cual la artista va atando los hilos sobre la pared para crear un enmarañado mural.
Es una muestra cuyo impacto sobresale gracias a un montaje que incide en los aspectos corporales de los tejidos y su conocimiento espacial, lo que permite un desplazamiento por los dos pisos con una coherencia nunca antes vista.
El futuro dirá si Sofia Ruiz se mantendrá con la tapicería, en un medio tan ingrato, o derivará a otras disciplinas. Sus objetivos de esta primera individual han sido ampliamente logrados.
Las galerías municipales vuelven a estar activas luego de una larguísima e injustificada hibernación.
MENTIROSA
Mensaje televisado por las redes sociales de la Municipalidad de Miraflores. 13 febrero 2024: “La Sala Miro Quesada no está cerrada. Ante la ola de calor en nuestra ciudad se ha priorizado el pago de arbitrios de los adultos mayores, por lo tanto solamente se ha prestado este espacio hasta el 29 de febrero.
En cuanto al Centro Cultural Ricardo Palma debemos recordar que desde la gestión pasada se vienen utilizando estos espacios para actividades administrativas.
Sin embargo esta gestión ha tomado la decisión con ocasión del aniversario número 30 del Centro Cultural de realizar un reacondicionamiento para actividades exclusivamente culturales. No te dejes engañar. En Miraflores se vive mejor.”
Rosario Shinki. Gerente Cultura Miraflores