Cuestión de Logística | 14 años del TLC con China

por Edgar Mandujano

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y China despertó intensos debates en la década anterior. Si bien algunos puntos eran razonables y justificados, se cuestionó el nivel de beneficio que el Perú podría obtener tras la firma. Actualmente ya no hay punto de discusión: en los últimos años se ha observado un notable aumento en las exportaciones. Según Comex, entre el 2010 y el 2023, los envíos peruanos a China crecieron nada menos que ¡un 325% en promedio!

A todo esto, ¿cuáles son los efectos reales de este tratado?

En primer lugar, debe quedar claro que China es el principal destino de todos los envíos peruanos. En los últimos dos años este crecimiento se ha intensificado aún más, con un aumento notable en la demanda de productos peruanos en el mercado chino. Según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), las exportaciones hacia China han aumentado en un 20% en el 2023. Es decir, el impacto positivo sigue creciendo. El año pasado nuestro país exportó un valor de USD 22 mil millones de dólares (las importaciones provenientes de ese país, mientras tanto, están en torno a los USD 16 mil millones).

El aumento en las exportaciones ha brindado importantes beneficios económicos. No solo ha generado empleo e ingresos para los productores peruanos. También ha diversificado la base exportadora del país, reduciendo la dependencia de los mercados tradicionales y promoviendo una mayor integración en la economía global. Además, ha permitido aprovechar la posición geográfica del Perú como puerta de entrada a América Latina para el comercio, consolidando así su papel como un actor clave en la región.

¿Fue positivo?

En medio del balance, cabe realizar una revisión de aquellos puntos que aún quedan pendientes. Para empezar, el TLC con China posibilitó que el Perú entre a un gran mercado en crecimiento. Como sabemos, es una de las economías de más rápido desarrollo en el mundo, con una creciente clase media que demanda una amplia variedad de productos. Así pues, el tratado ha brindado a los exportadores peruanos un acceso preferencial a este mercado en expansión, permitiéndoles capitalizar las oportunidades de crecimiento.

En materia arancelaria, el TLC con China ha eliminado gradualmente los aranceles sobre una amplia gama de productos, lo que ha hecho que las exportaciones peruanas sean más competitivas en el mercado chino. Esto ha permitido a los productores peruanos aumentar su presencia en China y mejorar su posición frente a la competencia internacional.

Cabe recordar que el TLC no solo se limita al comercio de bienes, sino que también incluye disposiciones relacionadas con la inversión y la cooperación económica. Es decir, que el tratado ha promovido la llegada de inversiones chinas al Perú (recordemos el puerto de Chancay) impulsando el desarrollo de sectores clave como la minería, la agricultura y, desde luego, la infraestructura.

En materia de transferencia tecnológica y conocimiento. La colaboración económica entre Perú y China ha facilitado el desarrollo de tecnología y conocimiento en sectores como la agricultura, la energía renovable y la manufactura. Esto, por supuesto, ha contribuido con la innovación. Es ultra positivo porque fortalece la capacidad del Perú para competir.

Finalmente, sabemos que el TLC ha servido como un marco para fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales entre Perú y China. Esto puede sonar gaseoso, pero por ejemplo, es un hecho que en este periodo de tiempo se han dado avances tangibles. La inversión China y la promoción de su embajada han creado oportunidades para la cooperación en educación, cultura y la ciencia. Dos países que trabajan juntos son dos países que se ayudan entre sí.

Antes y después para la logística

Yendo al rubro que nos apasiona, la implementación del TLC ha tenido un impacto significativo en la logística peruana. Ha estimulado la inversión en infraestructura de transporte y logró facilitar el flujo de mercancías entre ambos países. Esa mejora hizo que los exportadores peruanos sean más eficientes y reduzcan costos y tiempos de transporte.

Además, el TLC ha impulsado la modernización y la digitalización de los procesos logísticos en Perú, promoviendo la adopción de tecnologías avanzadas como el seguimiento por GPS, la gestión de inventarios en tiempo real y la automatización de los procedimientos aduaneros. Esto ha mejorado la transparencia y la seguridad en la cadena de suministro, facilitando el comercio internacional y fortaleciendo la posición de Perú como un hub logístico en la región.

El Perú debe aprovechar su experiencia con el TLC China para buscar nuevos acuerdos comerciales que impulsen su desarrollo económico. En particular, la diversificación de sus socios comerciales y la exploración de mercados emergentes en Asia y África pueden ser claves para aumentar la resiliencia de la economía peruana frente a los ‘shocks’ externos.

En este sentido, la negociación de nuevos tratados de libre comercio con países como India, Corea del Sur, Japón y los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) podría ser altamente beneficiosa.

Corresponde, pues, al Ejecutivo liderar las negociaciones y asegurar que los futuros acuerdos sean en beneficio del país. Actualmente exportamos mucha materia prima a China –principalmente cobre, seguido por el hierro y el plomo– algo que, desde luego, debe mejorarse en el futuro. Esto requerirá de un enfoque proactivo en la diplomacia económica, en la promoción del comercio exterior y en la coordinación entre los actores públicos y, por supuesto, privados. ¿Qué tan lejos estamos de ello?

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