Cliver Huamán, más conocido en redes como “Pol Deportes”, se convirtió en uno de los protagonistas inesperados de la final de la Copa Libertadores entre Flamengo y Palmeiras disputada el sábado en Lima. Con apenas 15 años y sin acreditación oficial para ingresar al Estadio Monumental por su corta edad, decidió que no se quedaría sin narrar el partido que había esperado por meses.
Aprovechó que el recinto está rodeado de cerros y subió junto a su hermano hasta la cima del Cerro Puruchuco, desde donde improvisó una cabina de transmisión con lo mínimo indispensable: un teléfono, un aro de luz, un trípode, su cuenta de TikTok y mucho ingenio. Su hermano, además, se convirtió en su productor improvisado y lo asistió durante toda la cobertura.
La escena —un adolescente narrando con emoción desde lo alto del cerro, con Lima iluminada al fondo— conmovió a miles de usuarios y pronto lo volvió viral. Sus recortes acumularon millones de visualizaciones en TikTok, y el vivo del partido llegó a tener miles de espectadores conectados simultáneamente. Su número de seguidores se disparó en apenas horas, alcanzando decenas de miles mientras avanzaba la transmisión. La autenticidad de su relato, lleno de pasión y naturalidad, conectó con una audiencia que vio en él a un narrador genuino, capaz de transmitir la tensión y el dramatismo de la final como si estuviera dentro del estadio.
Cliver contó que su vínculo con la radio nació en la infancia, cuando, con solo 3 años, su padre en Andahuaylas lo animaba a hablar frente al micrófono y a inventar pequeños cuentos. A los 12 ya comentaba campeonatos menores de su región, aprendiendo de quienes llevaban años en el oficio. Su proyecto digital, que inició hace cuatro años, encontró su punto de quiebre en esta final de la Libertadores, que lo posicionó como una de las nuevas voces virales del deporte en redes sociales.
Un día antes del partido, el joven había cubierto en Lima la fiesta de los hinchas de Flamengo, donde muchos ya lo reconocían. Al volver al estadio para la final, se encontró con la negativa de ingreso por no tener acreditación. Lejos de darse por vencido, convirtió el obstáculo en una oportunidad: caminó hacia el cerro más cercano, subió con su equipo improvisado y empezó a narrar con la misma emoción con la que lo haría desde una cabina profesional. Durante la cobertura, varios hinchas lo saludaron, lo animaron e incluso lo cargaron en hombros, un gesto que lo emocionó y mostró el impacto de su trabajo en vivo.
Tras la transmisión viral, medios nacionales e internacionales lo han entrevistado y en el joven destacó su perseverancia y capacidad para narrar con soltura a pesar de la precariedad del entorno. Cliver Huamán confesó ante medios que sueña con obtener una beca para estudiar Periodismo y Ciencias de la Comunicación. “Me gusta bastante, quiero ser un gran narrador. En Perú hay grandes narradores y quisiera ser como alguno de ellos”, dijo entusiasmado.
La historia de Cliver Huamán demuestra que el talento puede surgir en los lugares más inesperados y que, con determinación y creatividad, es posible romper barreras y hacerse escuchar. Desde lo alto de un cerro limeño, un adolescente sin acreditación pero con vocación logró convertirse en uno de los relatos más comentados de la final.