En un contexto donde la población de personas adultas mayores en Perú ha pasado de un 14% a un 24% en los últimos años, el Instituto Nacional de Estadística (INEI) estima que para el 2050, uno de cada cuatro peruanos será un adulto mayor, lo que plantea una necesidad urgente de optimizar la atención en áreas críticas como la salud visual, esencial para la autonomía de este grupo etario.
Un estudio reciente de CPI muestra que el 85% de los encuestados desaprueba la gestión del actual gobierno en políticas de salud pública, lo que refleja una profunda desconfianza que se extiende por todo el país, afectando a personas de todas las edades por falta de capacidad de atención en centros médicos, resultando en largas esperas y servicios deficientes para miles de pacientes.
“Es vital la detección temprana y el tratamiento oportuno de enfermedades que lideran el índice de causa de ceguera como la catarata, la degeneración macular o la retinopatía diabética, para mantener la calidad de vida y la autonomía del adulto mayor. Dado que todos en algún momento llegaremos a ser adultos mayores, es fundamental que tanto los familiares como los pacientes estén atentos a cualquier síntoma que afecte la visión y acudir a un especialista para evitar daños irreversibles, la salud visual es crucial para mantener la independencia y el bienestar en esta etapa de la vida”, concluyó el Dr. Luis Vásquez Moreno, médico cirujano y Oftalmólogo.
Un reciente estudio de Datum Internacional menciona que el pedido de fortalecimiento del sistema de salud se ubica en el quinto puesto de las demandas de la población al próximo presidente. Esta preocupación refleja la creciente inquietud de los ciudadanos sobre la atención médica en el país y resalta la necesidad urgente de abordar este tema prioritario en la agenda.
La falta de atención no solo afecta la salud física, sino que también puede generar una profunda dependencia emocional, limitando la autoconfianza de los adultos mayores. “La necesidad de asistencia para tareas cotidianas no solo compromete la libertad de las personas, también afecta la capacidad para interactuar socialmente y tomar sus propias decisiones. Es fundamental desterrar la creencia de que la edad es el único factor determinante en el desarrollo de enfermedades visuales. Una persona adulta mayor puede mantener su independencia y contribuir con su hogar por varios años si recibe atención médica específica y oportuna, así no solo mejorará su calidad de vida, sino que también potencia su productividad, permitiéndoles contribuir al desarrollo económico y social del país”, señaló Mercedes Viera, representante de la Red Internacional para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores (INPEA).
Para INPEA, ante estos retos es crucial que tanto las autoridades de salud como los ciudadanos trabajen juntos para implementar tratamientos innovadores, mejorando así la accesibilidad a la atención médica.