Cada año, miles de personas sufren accidentes cerebrovasculares (ACV), una de las principales emergencias neurológicas en el mundo. En el Perú, el ACV se ha convertido en la tercera causa de muerte y discapacidad, afectando tanto a personas adultas como a jóvenes. Ante esta realidad, el Día Mundial del ACV busca concientizar sobre la importancia de la prevención, detección temprana y el tratamiento oportuno, destacando que las primeras 4.5 horas después del inicio de los síntomas son cruciales para salvar vidas y reducir secuelas permanentes. Así mismo la importancia del control estricto de los factores de riesgo para prevenir un ACV.
El Dr. Martín Gavidia, jefe de la Unidad de ACV de la Clínica Anglo Americana, explica que “Un accidente cerebrovascular es una emergencia que interrumpe de manera brusca el flujo sanguíneo en el cerebro, que, al estar privado de oxígeno y nutrientes, da origen a daños o lesiones irreversibles con cada segundo que transcurre. Actuar de manera rápida y efectiva puede evitar que el paciente sufra discapacidades graves o incluso la muerte”.
El Dr. Gavidia señala que existen dos tipos principales de ACV: “El primero, que representa el 85% de los casos, es el isquémico, causado por la obstrucción de una arteria. El segundo es el hemorrágico, que se produce cuando una arteria se rompe, generando una hemorragia cerebral”. Ambos tipos pueden provocar daños devastadores si no se interviene a tiempo.
Entre las consecuencias más comunes se incluyen la parálisis de segmentos corporales, pérdida de la capacidad de hablar, problemas de razonamiento y, en casos graves, la muerte. “Hasta un 40% de las personas que sufren un ACV pueden quedar con secuelas severas, como discapacidad permanente, si no reciben tratamiento oportuno”, advierte el Dr. Gavidia.
El tiempo es esencial en los casos de ACV. El Dr. Gavidia enfatiza la importancia de reconocer los síntomas lo antes posible, ya que esto permite actuar dentro de las primeras 4.5 horas, un periodo clave para minimizar el daño cerebral. Para ayudar a la identificación, se recomienda el acróstico RÁPIDO: Rostro con parálisis, Alteración del equilibrio, Pérdida de fuerza en un lado del cuerpo, Impedimento visual, Dificultad para hablar y Obtener ayuda rápidamente. “Estos síntomas suelen aparecer de forma repentina, y reconocerlos a tiempo puede hacer una diferencia crucial. Si alguien presenta alguno de estos signos, es vital llevarlo de inmediato a un centro especializado” añade.
Finalmente, es importante tener en cuenta los factores de riesgo como hipertensión arterial, sobrepeso, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo síndrome apnea obstructiva de sueño (ronquidos al dormir) entre otros, cuyo tratamiento y prevención disminuyen el riesgo de presentar un ACV.
Mantener un estilo de vida saludable y acudir a chequeos médicos regulares son pasos clave para prevenir esta condición. Ante la presencia de síntomas, la rapidez en la búsqueda de atención médica especializada puede marcar la diferencia en la recuperación del paciente.