En el marco del Día de la Madre, resulta pertinente revisar los avances científicos que permiten a más mujeres ejercer su maternidad de manera planificada, sin que ello implique sacrificar su desarrollo profesional o adaptarse a los condicionamientos del reloj biológico.
Una de las principales herramientas en este campo es la criopreservación de ovocitos, un procedimiento médico que permite congelar óvulos cuando la calidad y cantidad aún son óptimas. Esta técnica ofrece la posibilidad de posponer la maternidad y decidir el momento más adecuado para concretarla, ya sea por motivos personales, de salud o profesionales.
Una tendencia en crecimiento
La criopreservación de ovocitos ha ganado popularidad en los últimos años. Según cifras de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Red Lara), en 2014 se realizaron 433 vitrificaciones de óvulos en el Perú. Para 2019, la cifra se incrementó a 1,158 procedimientos. Expertos del sector estiman que actualmente podrían superar las 1,200 vitrificaciones anuales.
Este crecimiento responde tanto a una mayor información sobre el tema como a la creciente necesidad de compatibilizar la vida profesional con los planes personales. La tecnología ha ampliado el abanico de opciones para las mujeres, permitiéndoles tomar decisiones reproductivas más informadas y con mayor autonomía.
Implicancias laborales y sociales
A diferencia de décadas anteriores, cuando la maternidad solía estar vinculada a una etapa específica en la vida de la mujer, hoy existen herramientas médicas que permiten desvincular la fertilidad del calendario biológico. Esto ha tenido un impacto directo en la forma en que muchas mujeres organizan sus trayectorias laborales.
La posibilidad de postergar la maternidad sin comprometer las probabilidades de éxito reproductivo permite que más mujeres accedan a cargos de responsabilidad, realicen estudios de posgrado o emprendan proyectos sin que el factor edad actúe como un condicionante.
En ese contexto, la criopreservación se consolida como una estrategia de salud reproductiva que permite integrar los distintos aspectos de la vida —personal, profesional y familiar— con mayor flexibilidad.
Una herramienta médica con enfoque de derechos
Más allá del impacto individual, esta tecnología también representa un avance en términos de equidad. Al ofrecer mayor control sobre la fertilidad, la criopreservación permite a las mujeres tomar decisiones reproductivas alineadas con sus propios tiempos y objetivos. Esta autonomía no solo fortalece la salud física y mental, sino que responde a un enfoque de derechos en materia de salud sexual y reproductiva.