Este domingo el primero del mes de febrero, se conmemora el Día del Lunar y resulta la excusa perfecta para que acudamos al dermatólogo o a aquellos lugares donde se realicen campañas para detectar cáncer de piel. Esta visita, literalmente, puede salvarnos la vida.
“La piel es el órgano más grande que tenemos”, nos dice el Dr. Leonardo Sánchez Saldaña, quien en dos oportunidades ha sido presidente de la Sociedad Peruana de Dermatología. “La piel separa el medio ambiente del medio interno y tenemos que protegerla”.
Para Sánchez Saldaña, 79 años, lo más importante es la “foto educación y la foto protección”. Básicamente se trata de que las personas aprendamos cómo protegernos de los efectos perjudiciales de la radiación ultravioleta. “Cuando éramos jóvenes la radiación estaba en cuatro. Te echabas bajo el sol media hora y no pasaba nada. ¡Ahora la radiación en Perú está en promedio de 17 y hace unos años llegó hasta 19!”, nos aclara.
Existen dos tipos de cáncer de piel: el no melanoma que incluye el vaso celular, el 80% de los casos, y es benigno, y el espino celular, el 3% de los casos, que aunque es raro puede hacer metástasis. El otro tipo de cáncer es el melanoma y este sí es maligno.
El cáncer de piel en el Perú se ubica en cuarto lugar. De acuerdo a cifras de Global Cancer Observatory, cada año se diagnostican cerca de 1300 nuevos casos de cáncer de piel tipo melanoma. De estos 364 fallecen.
El sol produce más daño entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde. La regla es no exponerse al sol dentro de ese horario. Si se practica deporte, hacerlo siempre bajo sombra o fuera del horario mencionado.
La ropa que se use tiene que ser la adecuada. El color y el grosor de la tela es determinante. De acuerdo a las guías de manejo epidemiológico “el azul marino es el que más protege”. El blanco es más fresco pero en este caso “lo importante es el grosor de la tela,” señala Sánchez.
Ahora existe en el mercado ropa de todas las tallas que tienen protección filtro solar UV y cuya función es cubrir la mayor cantidad de piel posible manteniendo fresca a la persona.
Adicionalmente a estos nuevos productos que se han introducido al mercado, está el siempre recomendado bloqueador solar, que no solo debe aplicarse sino “reaplicarse”, dice Chávez de Paz. “Ponértelo una sola vez al día es como ninguna”.
La regla es: cuando se va la playa hay que echarse el bloqueador cada hora y sobre todo cada vez que se sale del agua. “Y no olvidar el hélix de las orejas”, precisa el Dr. Saldaña.
En la actualidad y debido al incremento de cáncer de piel en el mundo, ya no se habla de los bronceadores, es más, estos están mal vistos. En el argot del verano de lo que hoy se habla es de bloqueadores o pantallas.
Los bloqueadores son aquellos que permiten que algo de los filtros solares llegue a la piel. “Es como una radiación sana y leve”, explica la Dra. Chávez.
Las llamadas pantallas protegen al 100% porque la radiación solar rebota. Este tipo de crema solar es la indicada para todas aquellas personas que tienen o han tenido alguna enfermedad a la piel.
Existe la idea de que las personas con piel más morena están protegidas de los efectos del sol pero esto no es así. La Dra. Chávez lo explica mejor: “Nuestra población es una población mixta, de todas las razas, y tiene una alta incidencia de cáncer de piel. En esa mezcla existen algunos genes que pueden atrapar gran cantidad de rayos ultravioleta”. No hay duda que las personas blancas tienen mayor riesgo, pero esto no significa que las personas de piel más oscura estén libres de peligro”.
Inclusive las personas a quienes no les gusta la playa y viven encerradas trabajando, también deben tomar sus precauciones. Ya está comprobado que la luz azul que emiten las pantallas de las computadoras tiene un efecto sobre nuestra piel. “Lo que hace es mancharte un poco más”, señala Patricia Chávez. Maligna no es, pero a los usuarios de computadoras les aparecen pecas. El Dr. Saldaña señala que lo ideal “es estar a 1.20 m de la pantalla”, pero eso nadie lo toma en cuenta. En este caso el bloqueador también es fundamental y debe aplicarse “cada dos a tres horas”.