Sonia Delgado Céspedes, recientemente nombrada directora general de Digemid, ha sido vinculada a la política por su militancia en Alianza por el Progreso (APP) en 2006. Esto genera interrogantes sobre su independencia, especialmente tras el escándalo de MediFarma y la distribución de suero defectuoso que causó muertes.
Además de su filiación política, la carrera de Delgado Céspedes se caracteriza por su relación con el ministro de Salud, César Vásquez. Previo a su designación como directora de Digemid, mantuvo estrecho contacto con el ministerio, registrando ocho reuniones con Vásquez, según fuentes oficiales, durante su gestión como decana del Colegio Químico Farmacéutico. Estos encuentros han suscitado interrogantes sobre la influencia en su nombramiento.
Las reuniones con el ministro de Salud, además de asuntos farmacéuticos, habrían facilitado su nombramiento en Digemid. Este vínculo entre el ministro y el nuevo director destaca la conexión entre política y salud pública, aunque la opacidad en la designación cuestiona su objetividad.
Sonia Delgado Céspedes asume la dirección de Digemid en un momento crítico para la salud pública peruana, marcado por la crisis de confianza en el sector farmacéutico tras el caso MediFarma. Su gestión enfrenta el desafío de restaurar la credibilidad y asegurar decisiones basadas en criterios técnicos, no políticos.