El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, reiteró que la única vía para solucionar el conflicto en Machu Picchu es mediante el diálogo. Durante una conferencia de prensa, señaló que el santuario histórico no debe ser considerado un “trofeo” en disputa entre intereses particulares, sino tratado como una maravilla del mundo y patrimonio de la humanidad, con prioridad sobre cualquier interés sectorial o político.
Machu Picchu: símbolo nacional e internacional
El canciller recordó que Machu Picchu constituye un ícono turístico y cultural que trasciende fronteras. Su preservación adecuada es esencial tanto para la economía peruana como para la imagen del país a nivel internacional. Schialer enfatizó que cualquier solución debe garantizar la estabilidad de las comunidades locales y la protección del santuario, evitando que se convierta en un escenario de confrontación política.
Enfoque en diálogo y consenso
“Necesitamos diálogo en primer lugar, en segundo lugar diálogo y en tercer lugar diálogo”, afirmó Schialer, resaltando que la gobernanza de Machu Picchu debe priorizar el bienestar del Perú y de las comunidades locales. Señaló que el Gobierno busca evitar la utilización política del conflicto, enfocándose en acuerdos que aseguren la continuidad del turismo y la seguridad de las zonas aledañas.
Presencia oficial en Naciones Unidas
El canciller también confirmó que acompañará a la presidenta Dina Boluarte en su viaje a Nueva York, del 21 al 25 de septiembre, para participar en el 80° aniversario de Naciones Unidas. Schialer indicó que la mandataria llevará un mensaje de paz y justicia, destacando el papel de la ONU en la prevención de conflictos y su relevancia en la transformación de las relaciones internacionales. “El mensaje central será la paz. Naciones Unidas ha hecho mucho por la humanidad y hoy debe actualizar su papel en un mundo que cambia rápidamente”, señaló.
Con estas declaraciones, el Ejecutivo reafirma su intención de priorizar el diálogo y la concertación para garantizar la gestión sostenible y segura de Machu Picchu, mientras se evita que intereses políticos o empresariales interfieran con la protección de uno de los patrimonios más importantes del país.