Desde el año 2001, el sueldo de los presidentes del Perú ha experimentado significativas modificaciones. El caso más emblemático fue durante el mandato de Alejandro Toledo, quien percibía un salario mensual de S/ 42,000, el más alto registrado hasta la fecha. Esta cifra contrastó con la drástica reducción aplicada en 2006 por Alan García, quien bajó la remuneración a S/ 15,600, monto que se mantuvo sin alteraciones durante casi 20 años.
Durante los gobiernos de Ollanta Humala (2011–2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016–2018), Martín Vizcarra (2018–2020), Francisco Sagasti (2020–2021), Pedro Castillo (2021–2022) y hasta mediados del mandato de Dina Boluarte (2022–2024), la remuneración presidencial no presentó cambios. Esta estabilidad en la escala salarial terminó en julio de 2025, cuando se aprobó el aumento del sueldo presidencial a S/ 35,568, según anunció el ministro de Economía, Raúl Pérez Reyes.
El incremento fue oficializado mediante decreto supremo tras su aprobación en el Consejo de Ministros. Según el titular del MEF, el reajuste se fundamenta en criterios técnicos de la Ley de Presupuesto y la Ley del Servicio Civil, además de un estudio comparativo con los salarios presidenciales en 12 países de América Latina, ajustado por paridad de poder adquisitivo (PPA). El objetivo —señaló— es alinear la remuneración del jefe de Estado a estándares regionales y garantizar transparencia institucional.
El nuevo sueldo de Dina Boluarte representa el primer reajuste desde 2006 y reactiva el debate sobre la remuneración de mandatarios en Perú. Mientras algunos sectores lo consideran un reconocimiento necesario al cargo presidencial, otros cuestionan el momento político y económico en que se aplica la medida. Lo cierto es que, con este cambio, se rompe una racha de casi dos décadas con un mismo salario base, marcando un nuevo capítulo en la historia del Ejecutivo peruano.