Con miras a las elecciones generales de 2026 en Perú, la CONFIEP ha lanzado un mensaje firme: es momento de actuar con responsabilidad. Para el gremio empresarial, el país enfrenta una de sus decisiones más trascendentales. No solo se renovarán las autoridades nacionales, regionales y municipales, sino que también se reinstaurará el Congreso bicameral en Perú.
Jorge Zapata Ríos, presidente de CONFIEP, fue directo: “Al ciudadano le toca conocer a los candidatos, sus planes y propuestas para decidir informado. Y a los empresarios, contribuir con facilitar ese voto informado”. La afirmación pone sobre la mesa una responsabilidad compartida.
Zapata señaló que el objetivo debe ser evitar repetir errores del pasado. “Ambos estamos obligados a cumplir nuestro rol si no queremos seguir eligiendo incompetentes y pícaros reyezuelos que asumen que el Estado es suyo”, advirtió.
Según el líder gremial, el año 2026 será clave. “Puede ser visto como una oportunidad o como una amenaza, dependiendo de la responsabilidad con que se asuma el proceso”, sostuvo. Y añadió: “Está en nuestras manos nuestro destino. Tenemos la opción de cambiar el rumbo o de seguir transitando por el camino de la decadencia política en el Perú”.
El mensaje no es solo para los votantes. El sector empresarial peruano también debe participar activamente en promover el voto informado en Perú, apoyando iniciativas que faciliten el acceso a información confiable sobre los candidatos y sus propuestas.
CONFIEP plantea que los empresarios no pueden seguir al margen del proceso político. En vez de asumir una postura distante, deben aportar a fortalecer la institucionalidad democrática, desde su rol económico y social.
Este llamado se produce en medio de un clima de creciente frustración ciudadana, desconfianza en las instituciones y bajo entusiasmo por la política. Las últimas elecciones evidenciaron una tendencia preocupante: elegir por descarte, por rabia o por promesas vacías.
Para Zapata, el problema no está solo en los candidatos, sino también en la forma en que los ciudadanos votan. Y eso requiere educación cívica, cultura política y una mejor comprensión del impacto que tienen las elecciones en la vida cotidiana.
El retorno a la bicameralidad, si bien es una reforma relevante, no será suficiente por sí sola. Si el próximo Congreso bicameral está integrado por las mismas figuras cuestionadas o sin formación, el riesgo es reproducir los mismos errores del sistema actual.
Por eso, la CONFIEP considera que las elecciones municipales 2026, regionales y nacionales deben ser vistas como una oportunidad para elevar la calidad de la política. “Elegir bien es una tarea compartida”, insistió Zapata.
La organización empresarial también enfatizó que la crisis de gobernabilidad que atraviesa el Perú no es solo un tema político. Tiene consecuencias directas en la economía, la inversión privada, el empleo y el bienestar de millones de peruanos.
En ese sentido, la CONFIEP buscará promover espacios de debate técnico, abiertos al público, donde los candidatos de 2026 en Perú puedan presentar propuestas y contrastarlas. El objetivo: que el voto no se base en slogans, sino en planes de gobierno serios y viables.
El llamado ha sido bien recibido por algunos sectores académicos y organizaciones civiles, que también vienen trabajando en la misma línea. Sin embargo, no han faltado críticas. Algunos actores recuerdan que parte del empresariado peruano ha estado vinculado en el pasado a prácticas poco transparentes o a la captura del Estado.
Frente a esto, Zapata respondió que es momento de mirar hacia adelante. “La corresponsabilidad también implica autocrítica. Si queremos cambiar el país, todos debemos hacer lo que nos toca”, indicó.
A menos de un año del inicio formal de la campaña, el panorama electoral aún es incierto. No hay candidaturas consolidadas ni coaliciones claras. Pero lo que sí está claro, según CONFIEP, es que el Perú no puede seguir improvisando con sus líderes.
El llamado final de Zapata resume el espíritu de esta postura: “No podemos dejar el país en manos de improvisados ni de corruptos disfrazados de salvadores. Esta vez, tenemos que hacerlo mejor”.