Washington D.C. – La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha lanzado una crítica contundente hacia la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), acusándola de malgastar fondos públicos en proyectos que considera innecesarios e ideológicos. Entre los ejemplos de despilfarro mencionados por Leavitt, destaca la inversión de 32 mil dólares en la creación de un cómic transgénero en Perú, un gasto que calificó como un claro reflejo de “prioridades insensatas”.
Leavitt, que se ha manifestado abiertamente en contra de este tipo de iniciativas, expresó: “Como contribuyente estadounidense, no quiero que mis impuestos se destinen a esta basura, y sé que el pueblo estadounidense tampoco lo quiere”. En su opinión, este tipo de proyectos no solo son un mal uso del dinero, sino una manifestación de una agenda que ella considera innecesaria.
Además del cómic en Perú, la portavoz de la Casa Blanca destacó otros proyectos financiados por USAID que considera problemáticos, como los 1.5 millones de dólares destinados a promover la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en Serbia, los 70,000 dólares invertidos en un musical DEI en Irlanda y los 47,000 dólares destinados a una ópera transgénero en Colombia.
Leavitt no dudó en calificar estos gastos como un ejemplo claro de despilfarro. “Estas son algunas de las prioridades insanas en las que USAID ha estado gastando dinero. Esto es solo el comienzo de un patrón de abuso de los recursos públicos”, dijo.
La crítica hacia USAID se ha intensificado también por la postura de Elon Musk, quien ha sugerido que el presidente Trump podría llegar a considerar el cierre de la agencia como parte de su esfuerzo por eliminar el fraude y el despilfarro en el gobierno federal. Musk, dueño de X (anteriormente Twitter) y Tesla, ha sido una figura clave en la propuesta de mejorar la eficiencia de las agencias gubernamentales.
El debate sobre el uso de fondos federales en proyectos internacionales sigue siendo polémico. Mientras algunos defienden estas iniciativas como parte de un esfuerzo por fomentar la inclusión y el apoyo a comunidades diversas en todo el mundo, otros, como Leavitt, consideran que esos recursos deberían destinarse a proyectos que beneficien directamente a los contribuyentes estadounidenses.