Periodismo, Patriotismo y Optimismo | Editorial

por Edgar Mandujano

CARETAS solía ser vinculada con algo parecido al realismo mágico. Enrique Zileri se refería al “milagro semanal” que alumbraba su existencia y al acto de fe que la posibilitaba. Una vez comparó sus cierres, esa prueba de resistencia imposible de amortiguar por alguna inevitable combinación de factores, con la sensación del nadador exhausto a la hora de terminar el largo en la piscina, cuando toma una profunda bocanada de aire y vuelve a comenzar.

Enrique pudo tener algo de ilusionista. Pero también decía medio en broma y más en serio que “la vida es un canje”. Una observación que nos lleva a considerar el arriesgado acto de equilibrio que supone mantener a flote un medio de comunicación. Una revista impresa en el año 2024, ni más ni menos.

Sabemos bien que CARETAS pasó de todo y continuó en la brega por obra y gracia de la tenacidad del líder, sus periodistas y colaboradores. Desde clausuras sin medias tintas durante el gobierno militar hasta embargos publicitarios más asolapados, pero igual de dañinos, en los noventas.

No fue casual que la revista instaure el anual Premio de Resistencia para reconocer su particular versión de los personajes del año. Los que aguantaban todo en una manifestación muy peruana.   

Debemos reconocer que la historia reciente ha continuado la dura tradición. Cuando el mago Zileri pasó a otra dimensión, los problemas financieros ya venían acumulados. Si bien CARETAS fue el primer medio peruano en internet, la aceleración de la vida digital nos confrontó con nuevos desafíos, como a todos los demás. Cuando se comenzaba a plantear un camino para salir a flote, llegó marzo de 2020, con el casi exterminio de la publicidad impresa.

La decisión inmediata fue replegarse a una edición impresa mensual y ensayar otras gratuitas, únicamente digitales. Un breve receso en impreso de un par de meses terminó con la edición de aniversario número 70, hace ya cuatro años. Ni bien tuvimos calibradas las posibilidades del mercado, apostamos por dos ediciones impresas al mes. Y así seguimos. Pálidos pero serenos.   

Luego llegaron otras definiciones como la terapia de pareja que reunió a CARETAS con Ellos & Ellas, en un formato que nos parece práctico, posible y divertido. De paso, nos dio la excusa para vestir finalmente a la calata, tan coqueta como inaceptable para los lectores venidos de otros países.

Todo esto, por supuesto, con un esfuerzo permanente por renovar nuestra propuesta digital con más video y una fórmula que combine el contenido exclusivo y diario con la personalidad editorial de la revista. En estos tiempos de polarización y de tribus políticas, CARETAS sigue marcando su línea de independencia y espíritu crítico.

Hoy la familia Zileri posibilita la continuidad de la publicación. Justo Carbajal se suma en sociedad como presidente del directorio en Nota & Prensa. Carbajal es un empresario peruano convencido de la necesidad de que CARETAS siga publicándose con total independencia. Y coincidimos en el firme objetivo de que lo haga de manera sostenible.

No podemos saber lo que nos depara el futuro en materia de formato. La diversificación ya es un hecho. Pero también es cierto que una revista de papel permite una experiencia táctil y visual que genera una mejor memoria muscular, como concluyen estudios. Además, nos regala una valiosa pausa frente al huayco digital. Algunos dirán que esa es la visión de algunos viejos, pero es más bien vintage. Después de todo, son los jóvenes los que compran por millones cada vez más discos de vinilo y libros de papel.          

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