Operación Arista

Por: Enrique Chávez | El detrás de cámaras de las últimas movidas palaciegas.
La noche del miércoles 3, Carranza y Arista se reunieron extensivamente con la presidenta Boluarte.

En los últimos días del año los insistentes trascendidos daban cuenta del ofrecimiento hecho al ex MEF Luis Carranza para retornar por tercera vez a esa cartera. Carranza se negó y una razón de peso sería su vinculación con el fondo de inversión Sigma Capital, del que fue cofundador y ha sido parte del directorio. En 2016, Sigma compró el 18% de Rutas de Lima. Entonces Brookfield adquirió el 57% y Odebrecht se quedó con el 25%. Cabe imaginar que Carranza tiene en cuenta las aristas políticas que se abriría en las actuales circunstancias, con el alcalde de Lima en pie de guerra contra todo lo relacionado con Odebrecht.

Pero, hablando de aristas, Carranza recomendó a su exviceministro (2006-2010) José Arista como el hombre que podría reemplazar a Álex Contreras al frente del MEF. La tardanza en reconocer la recesión y el reciente choque con el Consejo Fiscal, en el que Contreras proyectó una particular reticencia a recibir recomendaciones de sus colegas en medio de una situación económica muy complicada, le ha restado bonos ante el sector privado cuya confianza debe ganar.

“(Contreras) ya está desgastado y creo que se han cometido muchos errores últimamente”, declaró el jueves otro ex titular del MEF, Ismael Benavides.

La noche del miércoles 3, Carranza y Arista se reunieron extensivamente con la presidenta Boluarte. No estuvo el primer ministro Alberto Otárola. A la mañana siguiente, enterado del encuentro a sus espaldas, Contreras habría presentado su renuncia. Pero algo pasó pues el puesto no llegó a ser formalmente ofrecido a Arista. Contreras se reunió con Boluarte por la tarde y luego dijo sentirse “cómodo” en el gabinete. Contaría con el respaldo del casi todopoderoso primer ministro Alberto Otárola.

Aunque no aceptó el MEF, Carranza le ofreció a Boluarte conformar un consejo consultivo empresarial que se reúna regularmente con la mandataria para proponer cambios de política. Subyace entre “el capital” una gran preocupación. Boluarte es cada vez más percibida como un gobierno de derecha, y a este paso la impresión que va a dejar es que a ese sector le va igual o peor que a la desastrosa gestión de Pedro Castillo -evaluación en general injusta, pero con tela para cortar- lo que le abriría espacio a un nuevo envión del péndulo, para terminar con el poder en manos de cualquier variante de izquierda, incluidas las más extremas.

¿Podrá el todavía ministro Contreras revertir ese panorama con su propia tribuna en contra?