Alberto Fujimori podría salir libre. El Tribunal Constitucional (TC) aprobó su indulto. Sin embargo, la Corte IDH pidió que se abstengan de esta excarcelación. Esto dejaría el poder decisor en el Ejecutivo. Para esto CARETAS habló con el constitucionalista Natale Amprimo.
“El Ejecutivo se encuentra obligado a cumplir las sentencias del TC, conforme lo dispone el inciso 9 del artículo 118 de la Constitución, más aún cuando contra dicha sentencia no cabe recurso ante la Corte”, apuntó.
Y agregó: “Por otro lado, la resolución emitida por el presidente de la CIDH no se ajusta a los parámetros de la Convención, recordando además que las sentencias de Barrios Altos y La Cantuta han sido acatadas y cumplidas oportunamente por el Estado peruano. En ese sentido, considero que la resolución emitida por el presidente de la CIDH es débil y si el Estado asume la posición que le indico, ello no tendrá mayor repercusión internacional”.
Asimismo, mencionó que el padre de Keiko Fujimori “no fue sentenciado por delitos de lesa humanidad, porque eso no estaba tipificado al momento de que ocurrieron los hechos, ni tampoco fue extraditado por ello”. “El Habeas Corpus que se le ha otorgado cierra la discusión, pues no cabe recurso contra esa sentencia, no siendo competente la CIDH (art. 205 de la Constitución)”, complementó.
Respecto a los pedidos de que el Estado peruano se desligue de la Corte IDH, respondió: “No estoy de acuerdo, pese a algunos errores que ha tenido la Corte y a su evidente politización —que debería motivar que el Estado haga propuesta para modificar algunos temas ahí, como son la forma de elección de sus magistrados y ciertas atribuciones que la propia Corte se ha otorgado al aprobar ella su Reglamento—, la Corte también ha sido y puede ser útil. Imaginemos nomás qué hubiese ocurrido si el golpe de Pedro Castillo hubiera tenido éxito, ¿a donde se habría podido recurrir?”.
Para el constitucionalista Natale Amprimo “el Perú no puede seguir, como penosamente lo viene haciendo hace 30 años, dividido entre fujimoristas y antifujimoristas”. “Alberto Fujimori ha sido sentenciado por varios delitos y su gobierno tuvo luces y sombras. El indulto no implica olvidar eso, ni convertirlo en inocente. Pero no podemos seguir en una posición cainita”.
“No está en discusión que Fujimori tiene 85 años, una salud quebrantada y ya cumplió 2/3 de la condena, por lo que si creo que humanamente corresponde que pueda pasar sus últimos días en su casa, con sus familiares. No estoy entre los que aspiran a que muera en la cárcel. Ahora bien, las personas que lo apoyan, y hasta veneran incluso, también deberían ser prudentes: el indulto y la libertad de Alberto Fujimori no puede significar una nueva escenificación”, finalizó.
