Percy Coromoto Matos, condenado a 18 años por narcotráfico, reveló que entregó pruebas de corrupción judicial a la fiscal Bersabeth Revilla, buscando acogerse a la colaboración eficaz. La información coincide con la versión proporcionada por Jaime Villanueva, exgerente del Ministerio Público que ha sido vinculado a la supuesta red criminal de la Liz Patricia Benavides, ahora exfiscal de la Nación.
El noticiero dominical Cuarto Poder localizó a Coromoto Matos, quien cumple su condena en el penal Ancón 2. Según el narcotraficante, mientras buscaba su libertad, se encontró con la jueza Enma Benavides Vargas, hermana de Patricia Benavides. Matos afirma que Enma Benavides solicitaba dinero a cambio de liberar a personas investigadas por tráfico de drogas, y que estas transacciones se realizaban a través del abogado Walter Máximo Mendoza Pérez.
Coromoto Matos reveló que le exigían 150 mil dólares para obtener la libertad con comparecencia. Desde prisión, entregó a la fiscal Bersabeth Revilla mensajes de voz y audios que había grabado durante conversaciones con el abogado Mendoza Pérez. Estas pruebas apuntan directamente a la jueza Enma Benavides, quien era mencionada bajo el seudónimo de ‘La Doña’.
El narcotraficante también mencionó que, a principios de este año, el fiscal Terán le ofreció colaboración eficaz para reducir su condena a solo dos años. Sin embargo, el fiscal finalmente no validó las pruebas presentadas por Coromoto.
Cuarto Poder informa que, según conocedores del caso, Jaime Villanueva ha afirmado que Patricia Benavides realizaba coordinaciones y gestiones directamente desde un celular informal, utilizando el aplicativo de mensajería Signal bajo el seudónimo ‘Vane’.
En cuanto al pedido de archivamiento de la denuncia contra Enma Benavides, está actualmente en manos del Poder Judicial y será evaluado por el juez Juan Carlos Checkley este lunes. Percy Coromoto Matos espera recuperar su condición de colaborador eficaz, a pesar de enfrentar acusaciones de cohecho por las pruebas que él mismo entregó.
Según las revelaciones de Jaime Villanueva, también tenían un plan alternativo en caso de que los intereses de las hermanas Benavides no fueran favorables en la sala del juez Checkley, recurriendo a información publicada en un semanario sobre una conversación entre César San Martín y un juez investigado por el caso Cuellos Blancos. Esta estrategia legal sería empleada en la Sala Penal Permanente, a cargo del juez César San Martín, quien tendría la última palabra en el caso.