El fiscal del equipo especial Lava Jato, José Domingo Pérez, afirmó que el fallecimiento de José Miguel Castro, exgerente municipal de Lima y colaborador eficaz, podría alterar el desarrollo del juicio oral contra Susana Villarán, programado para el 23 de septiembre. Castro era considerado un testigo clave en el proceso por su rol como segundo al mando dentro de la presunta organización criminal.
Pérez explicó que, si bien el testimonio presencial ya no podrá realizarse, las leyes permiten el uso de las declaraciones escritas del colaborador. No obstante, subrayó que esperaban su “valioso aporte” durante el juicio, dado su conocimiento detallado sobre los presuntos aportes ilícitos recibidos por la campaña de Villarán de parte de Odebrecht y OAS.
Ante esta situación, el Ministerio Público esperará los resultados de la investigación que realiza la fiscalía distrital sobre la muerte de Castro, a fin de determinar si existen elementos que deban ser incorporados al caso Lava Jato. Pérez también señaló que se podría solicitar la reprogramación del juicio, como medida para garantizar la solidez del proceso.
El fiscal indicó además que evaluarán reforzar la seguridad de otros colaboradores eficaces si se comprueba que existía algún riesgo para Castro. Según detalló, el exfuncionario contaba con vigilancia permanente, y días antes de su muerte había acudido al Ministerio Público para continuar con su proceso legal, sin manifestar amenazas directas, aunque sí expresó preocupación por el avance del juicio.