Un presidente entre confesiones, humor y viejas frases
El presidente José Jerí volvió al centro de la conversación pública luego de su participación en El valor de la verdad, donde respondió sin evasivas sobre sus frases más comentadas, su imagen personal y su vida privada. En un escenario de fuerte exposición mediática y tensión política nacional, la entrevista abrió espacio para un registro distinto: un jefe de Estado que mezcla humor, nostalgia y una dosis de polémica.
Desde el inicio, Jerí aceptó que muchas de sus expresiones del pasado surgieron en lo que llamó sus “épocas traviesas”, marcadas por juventud, impulsividad y coquetería. Beto Ortiz no perdió la oportunidad de recordarle aquellas frases que circularon durante años en redes y entrevistas previas. Y el mandatario, lejos de evadir, decidió reivindicar una parte de su personalidad: “Siempre he sido coqueto por naturaleza”.
Este tipo de declaraciones, sin duda, reavivan el debate público:
¿Debe un presidente hablar con tanta soltura de su vida privada?
¿Influye en su imagen política o forma parte de un estilo transparente?
Jerí sobre sus años juveniles: “No quiero ser perfecto, amo mis imperfecciones”
En uno de los momentos centrales de la entrevista, Ortiz le recordó la frase que alguna vez dijo: “Evidentemente me gustan las mujeres. Está demostrado”. Ante ello, Jerí explicó que siempre ha sido directo en expresar admiración hacia algunas mujeres, especialmente en etapas de juventud donde —según dijo— era “más juguetón”.
“Bueno, algunas veces he expresado públicamente mi admiración por ciertas mujeres, ciertas damas”, respondió entre risas. Pero luego agregó algo más profundo:
“No soy un personaje construido que tiene que ser perfecto, ni quiero ser perfecto. Amo mis imperfecciones”.
La idea de un mandatario que reivindica sus defectos puede verse como autenticidad o como un estilo arriesgado.
¿Construye cercanía o resta solemnidad al cargo?
La opinión pública, como siempre, queda dividida.
El lado humorístico del presidente: “Para todo lo demás, existe Mastercard”
El tono de la conversación subió un escalón cuando Ortiz rescató una de las frases más virales del presidente:
“A las mujeres se les conquista con amor y respeto. Para todo lo demás existe Mastercard”.
Jerí sonrió y reconoció que esa sentencia pertenece a su etapa más “coqueta y traviesa”, cuando —según él— no imaginaba que algún día sería presidente.
“No está mal ser coqueto. Yo soy un ser coqueto por naturaleza desde pequeño”, insistió, reafirmando la línea narrativa que dominó la entrevista: un hombre que no reniega de su pasado ni de su forma de ser.
En un contexto político peruano donde la sobriedad suele ser la regla, este tipo de declaraciones siempre generan fricción y titulares. Para algunos, humaniza. Para otros, trivializa la investidura.
Patrimonio, cirugías y deudas: Jerí desmiente versiones
Otro de los temas que más ruido generó fue el referido al presunto patrimonio de 100 mil dólares, cifra que circuló en redes y algunos medios. Jerí negó tajantemente ese monto y explicó que está endeudado por 12 años debido a la compra de un departamento.
“Estoy endeudado como casi la gran mayoría de los peruanos cuando quieren comprarse un departamento”, señaló. También recordó que, al ser soltero y no tener hijos, su capacidad de ahorro es mayor, pero afirmó que no posee bienes lujosos: tiene tres autos, ninguno de alta gama.
Respecto a sus cirugías, Jerí reiteró que fueron procedimientos preventivos para evitar problemas futuros de salud, especialmente relacionados con riesgo de diabetes.
Las frases que marcan la entrevista
A lo largo del programa, estas declaraciones se convirtieron en los puntos más comentados:
- “Soy coqueto por naturaleza.”
- “Amo mis imperfecciones.”
- “Estoy endeudado como la mayoría de peruanos.”
- “No tengo un patrimonio de 100 mil dólares.”
Cada una refleja un estilo comunicativo directo, espontáneo y muy distinto a la sobriedad habitual de anteriores presidentes.
¿Un presidente demasiado espontáneo? Impacto político y mediático
La aparición de Jerí en El valor de la verdad ha abierto una nueva discusión en el ámbito político:
¿Conviene que un presidente participe en programas de entretenimiento donde se exponen detalles personales?
En un contexto donde su gobierno enfrenta desafíos como seguridad ciudadana, crisis penitenciaria, conflictos sociales y reordenamiento fronterizo, su presencia en un espacio de entretenimiento puede ser interpretada de dos maneras:
- Una estrategia de cercanía, para mostrarse humano y accesible.
- Una distracción mediática, criticada por quienes exigen sobriedad en la jefatura de Estado.
Como suele ocurrir, la tensión se traslada a redes sociales, donde las frases “traviesas” conviven con análisis políticos más duros.
Un cierre entre risas y reafirmaciones
Jerí terminó la entrevista reiterando que no se arrepiente de su estilo personal. Sostuvo que su coquetería forma parte de él desde siempre y que nunca buscará construirse una imagen “perfecta” para la televisión o para el cargo.
Su paso por El valor de la verdad deja una fotografía peculiar: un presidente que no teme hablar de sí mismo, de sus defectos, de sus deudas y de su humor. Y si bien esto puede generar debate, también revela la búsqueda de una narrativa diferente en la política peruana, donde la seriedad extrema parece haber cansado al electorado.