Han pasado cinco días desde la última vez que se vio a Nicanor Boluarte conectándose desde un auto en movimiento a la audiencia en la que el juez Richard Concepción Carhuancho le impuso 36 meses de prisión preventiva por el caso “Los Waykis en la Sombra”.
Su abogado, Luis Vivanco, llegó a reconocer en plena audiencia judicial que no podía contactar al hermano de la presidenta Dina Boluarte y su defensor en temas constitucionales, Joseph Campos, llegó a justificar que su cliente esté en la clandestinidad criticando las motivaciones del juez Concepción Carhuancho para imponerle la medida restrictiva.
Si bien, a Nicanor Boluarte le han impuesto la orden de prisión preventiva, la investigación fiscal por organización criminal y tráfico de influencias aún no ha concluido, por lo que aún no se ha hecho el control de acusación respectiva ni se ha instalado un juicio oral.
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Entonces, ¿Es Nicanor Boluarte un prófugo de la justicia? El penalista Jorge Zúñiga responde esta pregunta a CARETAS.
“Sí, podríamos decir que es un prófugo de la justicia. Lo que pasa es que la definición de prófugo no es legal, es una definición del lenguaje común (…) pero también podríamos decir que la legitimidad de la justicia se funde en una decisión correcta y si partimos de la premisa de la defensa, de que no se trata de una decisión correcta, no sería una persecución legítima, por lo que no sería un prófugo”, apuntó.
En esa línea, el jurista explicó que podría ser válido mantenerse en la clandestinidad cuando se considera que una sentencia no ha sido dada correctamente.
“Bajo el principio de la no autoincriminación, nadie está obligado a entregarse a la justicia a menos de que sea una decisión voluntaria. Es algo que no está penado por la ley y los tratados internacionales lo reconocen”, amplió.