Hace pocas semanas, Nicanor Boluarte ofreció una entrevista exclusiva a CARETAS en la respondió una serie de preguntas que incluyeron su supuesto papel en la confirmación del partido Ciudadanos por el Perú, razón principal por la cual se ha ordenado su detención preliminar.
–Usted tiene experiencia política y en el sector público. ¿Qué tendría de malo que aconseje a su hermana?
Nada. Víctor Andrés García Belaunde fue secretario de su tío en su segundo gobierno. Pero después de los 90, con lo que vivió el país, han ido cambiando las normas. Ahora me veo menos con mi hermana. Antes nos juntábamos mucho más seguido. Ahora hay esta especulación de la prensa. Pero las veces que la veo y hablamos sobre política le doy mi punto de vista sin ser o aparentar ser el asesor. Ella toma sus decisiones de gobierno. Yo soy Nicanor Boluarte. Tengo mi punto de vista como cualquier ciudadano, más aún si soy un hermano al que escucha de vez en cuando y valora esa opinón. Pero ella es la que conduce su gobierno. Nos queremos mucho y seguramente en alguna medida me escuche. Pero eso no significa que yo sea un asesor en la sombra.
–¿Cómo evalúa el caso de los Rolex?
Mi hermana ya declaró ante la Fiscalía y dio una conferencia al pueblo peruano. Dijo la verdad y yo le creo. Yo le creo.
–¿Y el descerraje?
Lo que ha pasado en su domicilio, es mi opinión como cualquier ciudadano independientemente que sea mi hermana, ha sido un exceso. Es más tuve la oportunidad de conversar con el doctor Mateo Castañeda y cuando violentaron la puerta solo lo hicieron para ingresar a la cochera. La diligencia se inició cuando llegó el doctor Castañeda ¿Qué sentido tenía romper la puerta para no hacer nada en el domicilio?
–¿Por qué cree entonces que lo hicieron?
Estos allanamientos los están implementando como una metodología de trabajo, más que una búsqueda de la verdad o de las pruebas que puedan conducirnos a la verdad. Basta que se inicie una investigación preliminar. Ahí se puede estar vulnerando muchos derechos de la persona, la presunción de inocencia, el debido proceso, etcetera.
–Usted niega cualquier relación con el Partido en apoyo a su hermana. Pero lo han señalado incluso de pedir dinero a prefectos para financiarlo. ¿Qué responde?
Nadie que sepa mi trayectoria se va a atrever a señalarme con el dedo de ser una persona corrupta. Somos una familia decente, con valores muy altos. Igual mi hermana. Por eso le creo. El único partido que he fundado es el Partido del Buen Gobierno con Jorge Nieto (PBG). Ahora quieren decir que Ciudadanos por el Perú es el partido de Nicanor Boluarte. Cuando mi hermana pasa a segunda vuelta se organizan comités ciudadanos en su apoyo. Yo participaba en algunos por zoom, porque por la pandemia no podia salir. Tengo la glucosa, sufro de asma. Después, cuando deja de ser ministra en los últimos días de gobierno de Castillo, estos comités convocaron una reunión en Huachipa. Mi hermana fue a agradecerles unos minutos por su apoyo en la segunda vuelta y se retiró. Al rato yo también me retiré. En ese evento y otros después deciden organizar el partido. No soy yo el promotor inicial. Hay mucha gente que ha trabajado al lado de don Alfonso Barrantes, ellos son los que están impulsando el Partido y me invitaron para algunas charlas sobre la gestion pública. Tengo amigos como tengo amigos en el partido de Jorge Nieto y otros partidos.
–¿Cómo se llevaba con Alberto Otárola?
Yo lo conocí al doctor Otárola cuando fue abogado de mi hermana en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Antes no lo conocía personalmente. Hasta ahora mantengo una relación cordial con él. El criterio de selección de personal en el gobierno para los diferentes puestos de confianza lo tendrán que explicar cada sector y el propio doctor Otárola. Eso no me corresponde.
–Morgan Quero fue del PBG, y fue jefe del gabinete del despacho presidencial. Salió por aparentes diferencias con Otárola y ahora es el ministro de Educación. ¿Lo recomendó?
No. Lo conocí en el PBG.
–¿Usted recomendó al controversial exministro del Interior, Víctor Torres?
No lo conocía. Yo también me sorprendí. No sé de dónde apareció,
–A Nieto le ofrecieron la PCM. ¿De repente hubiera sido mejor no?
Tal vez. Es una persona brillante, con cualidades extraordinarias. ¿Por qué no fue? No lo sé. No pregunté.
–¿Qué opina del gabinete de Gustavo Adrianzén?
El premier ha dado señales de ser un demócrata y esperemosque conduzca al país por la consolidación de las instituciones democráticas y el crecimiento económico que nuestro pueblo necesita. Los pronósticos nos dicen que el país crecerá entre 2.5% y 3%. Ojalá. Y el próximo año un poco más. Ojalá sea el derrotero de este Gobierno y el gabinete esté a la altura de esos retos.
–¿Cuál fue su experiencia más significativa en el sector público?
En términos de función llegué a ser viceministro de Trabajo. Pero mis experiencias más lindas están en el sector educación, con la juventud, tratando de consolidar las instituciones democráticas del país y hablándoles de los perfiles profesionales, de las competencias que vienen en el future.
–¿Qué tiempo estuvo?
Entré a fines de los 90 y, con entradas y salidas, me quedé hasta el 21, cuando mi hermana entra a ser vicepresidenta. Renuncié a Educación con el dolor de mi corazón. Pedía viajar a las zonas rurales de 2800 metros para arriba, para conocer cómo funcionaba el sistema.
–Lo señalaron por hacer consultorías en Educación rural para una ONG que trabaja con el Estado. ¿De qué vive?
En el sector privado. Rehaciendo la cartera de clientes para litigar y dar opiniones legales. Pero, claro, es como si a uno le quitaran uno de los brazos. Resolver los problemas de la gente es lo más lindo que hay en la vida, pero con buenas prácticas.
–¿Su hermana está preparada emocionalmente para terminar la gestion?
Si no fuera así la hubiera visto afligida en los primeros días de su gobierno, con cientos de movilizaciones violentas, quemando fiscalías, juzgados, municipios. Atentando contra las casas de los gobernadores, apedreando las casas de mis hermanos en Apurímac. Pero ella tiene carácter. Tiene bastante carácter. Alguna vez me dijo “no estoy por el poder, sino porque en este país se deben respetar las instituciones. Este país tiene que acostumbrarse a conducirse en democracia”.
–Pero quedaron 49 muertos que seguirán persiguiendo al gobierno.
Si son supuestamente responsabilidad del gobierno, se está investigando caso por caso en el Ministerio Público, donde se individualiza la responsabilidad. Pero también hay que mirarlo desde el otro lado. ¿Quiénes provocaron las protestas? ¿Por qué intencionalmente se llevó a esos niveles de crisis con la única intención de sembrar el caos y tal vez conseguir nuevas elecciones porque habían intereses? Pero los sectores democráticos del país, los sectores que creen en el Estado de derecho y la democracia se pusieron firmes. Ella ya lo dijo públicamente: todas las indicaciones del gobierno fueron las de salvaguardar el orden público respetando los Derechos humanos. Claro que hubo un costo. Pero la Justicia lo dirá.
LOS HERMANOS BOLUARTE
–Poco después de que jure como presidenta, escuché a su hermana hablar del camino que tenía que hacer todos los días para ir al colegio. ¿Cómo fue esa infancia?
Fue muy bonita. Éramos los últimos de trece hermanos. Conforme avanzaban los años los demás se iban a buscar su futuro y nos quedamos los dos. Fuimos muy unidos. Pescábamos en los ríos, hacíamos deporte, íbamos a la chacra de madrugada a ver nuestros animalitos. En la cosecha nos echábamos en el gras para mirar las estrellas. De ahí mi mama nos llamaba a cenar.
–Usted le lleva tres años. ¿Cuál es la diferencia con el mayor?
Casi 30 años. Mi hermano mayor tiene 89 años y tenemos una linda relación. Con Dina nos queremos mucho y eso sigue igual.
–¿Cuál fue su camino al momento de irse?
Estábamos en una provincia muy pobre. Salí primero al Cusco, donde una hermana mayor me acogió un tiempo. No llegué a ingresar a la San Antonio Abad y me fui a Lima, donde tenía otra hermana, con la ilusión de todo provinciano. Yo quería ser piloto pero no quería ser militar. Y no sabia de la aviación civil entonces terminé postulando a Ingeniería Mecánica en la UNI y me quedé por 8 centésimas. Ingresé a la Universidad San Martín y estudié Derecho.
–¿Y le interesaba?
Tal vez en el fondo sí porque mi papá fue juez de primera instancia. Mi hermano mayor también estudió Derecho en San Marcos y ya tenía una oficina muy bien formada en Jirón de la Unión. Somos cinco hermanos abogados, incluyendo a Dina, que vino a Lima y vivió un tiempo en México con su familia. De regreso terminó Derecho e hizo una vida gremial importante en el Colegio de Abogados.
–¿Cuál fue su formación política?
Mi abuelo, Francisco de Cárdenas, fue candidato al Congreso por el Partido Nacionalista en la década del 30. Tengo el afiche original de su candidatura. Era de Huancavelica, va a Apurímac y allá se casa con una dama limeña. En la Guerra del Pacífico participó en varias batallas, en Lima y Tarapacá. Terminó con el grado de capitán. Fue alcalde. Y mi padre se formó políticamente en esa escuela. No sé si se afilia, pero participa activamente en las filas del Apra en los años 40. Mi madre está en la otra vertiente, más o menos de esta izquierda que Belaúnde despertaba. Ya después recuerdo hablar con mi padre de la reforma agrarian de Velasco. El SUTEP recién nacía y era pujante.
GENERACIÓN BARRANTES
–¿Qué opción tomó usted?
Abrace la izquierda por simpatía con don Alfonso Barrantes, que finalmente aglutinó a la izquierda. Entramos con Dina muy jovencita, aunque no partidarizados estuvimos en las campañas. También mi hermana René. Lo visitábamos en su casa. Después de la elección que gana Alan García, lamentablemente, en el Congreso de Huampaní se rompió la izquierda. Y tenía a un tercio del país. Se despertaron varios apetitos políticos por la candidatura presidencial pero para nosotros el candidato natural era Alfonso. Henry Pease, Enrique Bernales, Francisco Guerra García, Edmundo Murrugarra. Grandes personajes.
–Y la izquierda termina en Cerrón.
Aunque se reconocía la libertad fundamental de la persona, de pensamiento, de opinion, de prensa; pocos reconocíamos la democracia.
–Habían ya pasado por el cisma que significó Sendero.
No estuve en el debate de manera profunda porque era muy joven. Pero uno de los factores de division fue seguramente que hubo sectores que no deslindaron como debieron. Con los años uno entiende que la libertad del hombre es fundamental en todas sus expresiones. Y el único modelo capaz de hacerla respetar y validar es la democracia y el Estado de derecho. Podemos discutir en los matices. Ah, pero también la democracia tiene que saber conducir esa libertad auténtica al cierre de brechas de desigualdad, porque sino se debilita dando lugar a otras expresiones capaces de destruirla.
–¿Cómo siguió tras el rompimiento de IU?
Don Alfonso nos encargó la organización del Partido Avanza País. Cuando fallece queda al frente Pedro Cenas, que también murió lamentablemente, pero ya era algo muy distinto, discrepamos y nos retiramos.
–Avanza País terminó en la candidatura de Hernando de Soto. Bien lejos de “Frejolito”.
Y para la época de Fujimori quedamos sueltos mucho tiempo, con pequeños colectivos politicos. Hasta que en el año 18, 19, nos empezamos a juntar algunas personas para discutir la aventura de construir un Partido. Y ese fue el Partido del Buen Gobierno (PBG) con don Jorge Nieto.
–¿Eran lo que llaman caviares?
No, no, no. Era gente que venía genuinamente de la izquierda. Buscábamos ese cambio auténtico en democracia. Uno reflexiona y dice ¿qué hubiese escrito Mariátegui con más del 70% de informalidad?
–¿Qué papel cumplió en el PBG?
Yo fui el que compró el kit y fui el primer personero legal. Ya Dina estaba en Perú Libre.
–Bien distinto, ¿no?
Siempre nos ha unido la preocupación por el país, Pero probablemente entra sin detenerse demasiado en los aspectos más complicados de lo que podría ser una ideología antidemocrática.
–¿Cómo así?
Yo conozco a mi hermana. En las conversaciones políticas que hemos tenido siempre me queda claro que no entra a Perú Libre por una afinidad ideológica con el pensamiento de Vladimir Cerrón, sino por la necesidad de servicio a su distrito de Surquillo. Cuando declaró que no coincidía necesariamente con la ideología de PL le costó la expulsión a la mala. Dina siempre estuvo por el lado de la democracia, de esta izquierda moderna que busca cerrar las brechas.
–Pero le ha faltado explicarlo.
Es muy probable. Le ha faltado una comunicación mucho más clara sobre lo que piensa del desarrollo del país y la democracia.
–¿Usted se dio cuenta del desastre en el que se convertía el gobierno de Castillo?
Millones de peruanos votaron con una esperanza de cambio con Castillo. Pero con el paso del tiempo podíamos pensar que íbamos en dirección a ser un Estado fallido.
–Waldemar Cerrón quiere desaparecer Servir. ¿Qué opina?
Servir tiene más de 15 años y hay que evaluar su desempeño pero necesitamos una carrera meritocrática. Hay que diferenciar dos tipos de funcionarios públicos: el funcionario de Estado, aquella columna vertebral que nunca debe dejar el sector público porque se invierte en él. Y están aquellos funcionarios que vienen con cada gobierno para fortalecer las políticas públicas. Nos manejamos como si fuéramos un Estado homogéneo, cuando es heterogéneo. Por ejemplo, en educación, ¿por qué las Ugeles tienen que funcionar de lunes a viernes en todo el país? Me consta que en algunos lugares debe funcionar de martes a sábados por las necesidades de los funcionarios y profesores rurales. Y el puesto de confianza lo hemos manoseado mucho. Son demasiados y lo que hacen es cubrirle la espalda al jefe, no necesariamente hacer bien su trabajo.
–¿El Gobierno no debería aprovechar al menos para sentar algunas bases con respecto a la reforma del Estado?
Ojalá lo haga. Sería bueno por lo menos hacer la propuesta al Congreso. Y si no, lo aprueba el próximo. Pero que quede la propuesta.
Pero el Congreso lo que hace es retornar a 3 mil maestros que no pasaron ninguna evaluación, o no quisieron tomarla.
Eso va contra la meritocracia. Soy un creyente ferviente de la carrera pública magisterial. No es una decisión política, responde al proceso del avance tecnológico y social. A la expectativa de los padres de familia que quieren que sus hijos sean mejor formados, competitivos, exitosos en el futuro. Y para ello necesitamos a los mejores maestros. En charlas que he dado siempre rescato tres carreras: el maestro en todos los niveles porque el niño que no aprende nada nunca recupera su tiempo. El médico porque si falla en la sala de operaciones se le va el paciente. Y el juez porque juega con la libertad, la tranquilidad y el derecho de la persona.
– Con los tres estamos mal. Insisto, ¿no debería el gobierno plantear una serie de reformas?
Necesitamos reformas y cambios en el Estado. He sido juez y he visto la diferencia. El compromiso que uno tiene consigo, con su labor y el respeto que le tiene al ciudadano, al usuario. No necesitamos mejores leyes necesariamente. Quien está fallando es la persona. Y tenemos deficit en la selección de nuestros jueces. La Academia de la Magistratura debería jugar otro rol. Que sea capaz de seleccionar a las mejores personas.
–¿Cómo observa el 26?
Desde hace algunos años estamos viendo un quiebre en la parte afectiva del ciudadano peruano. Hay sectores minoritarios polarizados en los extremos, que hacen política del odio y nos dividen cada día más. Si queremos pasar la página y construir una sociedad con más calma, con más visión de desarrollo de mediano y largo plazo, tenemos que resolver estos enconos que no nos hacen nada bien. Y el sistema educativo tiene un papel importante. ¿Dónde se encuentran nuestros hijos? Los hijos de la patria, los que estudian en Andahuaylas y en el Markham. No se encuentran. Tienen dos mundos distintos. Deberían juntarse sin cambiar su cosmovisión. Discutir sobre los problemas del país. Debe haber un sistema de pasantías en todo el sistema educativo básico superior. ¿Por qué los chicos de Lima no pasan dos semanas en una casa en la sierra? Esto es importante para que los chicos se conozcan y discutan, discrepen. Pero sin odiarse. Hay que hacer política seria, sana, sin renunciar a nuestros puntos de vista, pero sin sembrar odio.
Por lo que me está diciendo va a seguir en la política.
Siempre he hecho política. Candidato no sé. Nunca he aceptado. Pero en política siempre voy a estar. Más allá de los ultra, miremos el 26 como una oportunidad de plantear cosas distintas para unir a este país y que nos empuje en los próximos 25 años, por lo menos a ser una potencia media, que tenemos todas las condiciones. Solo esperamos que los peruanos de buen corazón sean capaces de unirse. Que la izquierda y la derecha democráticas se alternen en el poder y le den estabilidad política y gobernabilidad al país. Se requiere de desprendimientos y poder cerrar brechas.