Liderazgo empresarial ante la incertidumbre
En medio de un escenario de inestabilidad política y económica, el papel del liderazgo empresarial adquiere relevancia crucial para la recuperación del país. Así lo remarcaron los panelistas del foro “Liderazgo empresarial: ¿Cómo seguimos creciendo?”, parte de la 63.ª edición del CADE Ejecutivos 2025, el encuentro más importante del empresariado peruano, realizado en Lima.
El panel reunió a destacadas figuras del sector corporativo regional: Eva Arias, presidenta ejecutiva del directorio de Compañía Minera Poderosa; Bernardo Larraín (Chile), presidente del directorio de Empresas CMPC; José Luis Manzano (Argentina), presidente de Integra Holding; e Isabel Noboa (Ecuador), presidenta ejecutiva de Nobis Holding de Inversiones. La moderación estuvo a cargo de la periodista Gabriela Frías, presentadora de CNN.
La conversación se centró en cómo los empresarios deben enfrentar los entornos adversos, sin renunciar a su rol transformador. Los expositores coincidieron en que el sector privado no debe mantenerse al margen de la discusión sobre políticas públicas ni de los desafíos institucionales que afectan la competitividad.
Inversión privada como motor de desarrollo
Uno de los puntos más destacados del debate fue el llamado a mantener la inversión en contextos difíciles. Isabel Noboa fue enfática al señalar que el compromiso de los empresarios debe ir más allá de los balances financieros.
“Lo que tenemos que hacer los empresarios es invertir a pesar de los problemas del contexto del país. Ser parte del cambio y no esperar a que nuestro país haga por nosotros, sino hacer nosotros por nuestro país”, subrayó.
Su mensaje resonó como una exhortación a la resiliencia del sector empresarial, un valor que, según los participantes, ha permitido sostener economías en crisis políticas y sociales en la región.
En la misma línea, Bernardo Larraín destacó que la confianza empresarial se construye con transparencia y participación activa. “Cuando miramos la política pública no tenemos que ser neutros —dijo—, debemos hablar de lo que se requiere para activar un ciclo de crecimiento y desarrollo, porque es positivo para todos, no solo para la empresa.”
Formalidad, transparencia y control estatal
La informalidad y la ilegalidad fueron otros temas clave del CADE 2025. Eva Arias, desde su experiencia en el sector minero, advirtió sobre los riesgos que genera la falta de control y regulación efectiva.
“Existen herramientas del Estado que están siendo usadas para disfrazar la ilegalidad, y eso es un tema que debe corregirse”, sostuvo. Para la ejecutiva, una economía formal y sostenible requiere de un Estado que fiscalice con rigurosidad los temas ambientales y técnicos, especialmente en sectores sensibles como la minería.
Por su parte, el empresario argentino José Luis Manzano insistió en que la formalización económica necesita un enfoque integral y alianzas estratégicas con actores regionales. “El incentivo a la informalidad es absoluto y la presión sobre el formal se hace intolerable”, advirtió, resaltando la necesidad de un equilibrio fiscal que no asfixie a las empresas que cumplen con la ley.
Compromiso con el futuro y el diálogo público
El cierre del panel estuvo marcado por un mensaje de esperanza. Los empresarios coincidieron en que el crecimiento sostenido no solo depende de políticas macroeconómicas, sino del liderazgo ético y comprometido del sector privado.
Se destacó también la importancia de involucrar a las nuevas generaciones en la gestión de las empresas y en el debate público. “El desarrollo sostenible no puede ser tarea de unos pocos —se remarcó—. Requiere de una nueva cultura empresarial que mire más allá de los resultados trimestrales y piense en el país como un proyecto común”.
El CADE Ejecutivos 2025 continúa consolidándose como un espacio de reflexión estratégica sobre los retos económicos del Perú y América Latina, con una agenda centrada en la sostenibilidad, la innovación y el fortalecimiento institucional.
Conclusiones y proyección regional
Los participantes coincidieron en que los desafíos actuales deben enfrentarse con liderazgo transformador, promoviendo una colaboración más estrecha entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil. En este contexto, el rol de los empresarios familiares y corporativos de la región será decisivo para impulsar un crecimiento inclusivo y sostenible.
El encuentro dejó un mensaje claro: el futuro del Perú y de la región no depende únicamente de la estabilidad política, sino de la capacidad de su empresariado para invertir, innovar y construir confianza.