Hace escasos días atrás, 9 de enero, el Poder Ejecutivo designó como Director Ejecutivo de la Dirección Nacional de Inteligencia, DINI, al Coronel PNP ® Max Anhuamán Centeno. Según la ley de inteligencia nacional vigente, el Decreto legislativo Nº 1141 de 2012, modificado en varias oportunidades, se trata del segundo en la jerarquía institucional del órgano rector de inteligencia (la DINI).
La inteligencia nacional pasó por un sobresaltado proceso desde la caída del SIN en el año 2000 cuya expresión más notoria es la existencia de 21 jefes de inteligencia nacional en 25 años: un verdadero despropósito solo comparable al caos ecuatoriano donde desde el año 2009 hay catorce jefes entre la SENAIN y el CIES, los entes de inteligencia de los ex Presidentes Rafael Correa, Lenin Moreno y Daniel Noboa. El sobresalto peruano en el sector incluye el ámbito legislativo con tres leyes de inteligencia (2001, 2006 y 2012).
El puesto de Director Ejecutivo de la DINI se encontraba vacante desde hace casi 10 años atrás. La desidia de varios gobiernos, y el desinterés de la Comisión parlamentaria de Inteligencia del Congreso de la República por ejercer su tarea de control político, en varios períodos legislativos, desde 2016, contribuyó a tener una DINI sin su número dos desde hace muchos años atrás.
Max Anhuamán es un policía de perfil operativo neto, refirió una fuente policial que trabajó en la Dirección General de Inteligencia, DIGIMIN, del Ministerio del Interior. La DIGIMIN es un órgano componente del Sistema de Inteligencia Nacional, SINA, en el que la DINI ejerce su rectoría. Por su parte otra fuente de inteligencia policial señaló que probablemente Anhuamán le imprima un perfil operativo neto a la DINI: “le gustaría armar una DIRCOTE (dirección contra el Terrorismo) dentro de la DINI” (Anhuamán fue jefe de la DIRCOTE en actividad) sostuvo la misma fuente.
Recientemente Anhuamán fue objeto, el 20 de diciembre pasado, de un homenaje realizado en el Congreso de la República por el Congresista Fernando Rospigliosi (Fuerza Popular). Un notorio protagonista de ese mismo evento fue Marco Miyashiro Arashiro, también vinculado al fujimorismo quien actualmente es, nada menos, que el asesor principal de la Comisión de Inteligencia del Congreso que preside José Cueto. Un asesor parlamentario que labora en el Congreso nos comentó que el núcleo principal asesor de la Comisión de Inteligencia está formado por personal cercano al fujimorismo y FP junto a la extrema derecha (DBA, RP y CR). Uno de ellos es el abogado Sergio Tapia Tapia. En dicha comisión también hay asesores, y un técnico y un auxiliar, que trabajaron en el SIN y la DINI que hace años pretenden y pugnan por reincorporarse a la DINI aunque hasta hoy sin éxito. La misma fuente del Congreso nos comentó que todo apuntaba a que el fujimorismo habría promovido a Anhuamán para mantener mayor presencia y control en el sistema de inteligencia: la mira sería el 2026 “o antes” sentenció. En ese contexto el sorpresivo nombramiento de Anhuamán generó ciertas comprensibles interrogantes por los posibles alcances de su designación. Las redes sociales y prensa están muy activas en estos días sobre el asunto, impulsadas por diversos actores y sectores involucrados.
El actual Director Nacional de Inteligencia es el Contralmirante AP ® Max García Barrionuevo quien ya va a cumplir un año al frente de la DINI. “todo un record y plusmarca durar tanto tiempo en el cargo” nos señaló una fuente de inteligencia. Y la verdad es que García Barrionuevo encontró en completo desastre la DINI debido a la precaria e improvisada gestión de las autoridades que la dirigieron durante el gobierno de Perú Libre y Pedro Castillo. Prácticamente tenía que comenzar de cero. De bajo y silente perfil el actual jefe de la DINI ha tenido que lidiar, el año pasado, con varias conspiraciones en su contra, para sabotear su gestión y ser defenestrado. Una de ellas por personal de inteligencia vinculado al sector de Perú Libre.
La alta rotación de personal, despidos y ceses, procesos judiciales de reincorporación de personal y expectativas de expectorados en diversas etapas y períodos pasados han conspirado contra los esfuerzos de institucionalizar la DINI, nos comentó una fuente que trabajó en dicho organismo y luego en la PCM con Luis Alberto Otárola y también en el Ministerio del Medio Ambiente en temas de conflictividad social. Así, parecen asomarse las viejas pugnas suscitadas en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) entre jefes, y sus subordinados leales, salientes y entrantes de inteligencia (Campos Luque, Velit, Panizo, Rospigliosi, Mora, Almeyda, Raygada García), de la cual CARETAS informó detalladamente en su momento, que tanto contribuyeron a la caída y desprestigio del desactivado Consejo Nacional de Inteligencia, CNI, hoy DINI.