La ciudadana venezolana Wanda del Valle Bermúdez, conocida como “La bebecita del crimen”, enfrentará el próximo 24 de julio una audiencia de control de acusación por el presunto delito de ofrecimiento para sicariato. Según la Fiscalía, habría ofrecido 40 mil dólares a un grupo de sicarios extranjeros para atentar contra el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios de la Policía Nacional. La pena solicitada supera los seis años de cárcel efectiva.
La fiscal Gabriela Pascal, a cargo del caso, sostiene que Wanda no solo habría identificado al coronel a través de imágenes mostradas en su celular, sino que también habría ofrecido propiedades y armamento como parte del pago. Testigos afirman que ella importó sicarios desde Cumaná, Venezuela, específicamente con el objetivo de ejecutar el asesinato. Estas declaraciones alimentan la hipótesis de un atentado planificado por redes del crimen organizado transnacional.
En audiencias anteriores, la acusada mostró un cambio de actitud, reconociendo indirectamente los hechos. Sin embargo, su defensa fue cuestionada tras alegar un embarazo inexistente, lo que debilitó su credibilidad. Actualmente, cumple prisión preventiva en el penal de Chorrillos, desde enero de 2024, tras haber sido incluida en la lista de los más buscados por su presunto vínculo con el Tren de Aragua.
Esta audiencia podría definir si el caso pasa a juicio oral o si se opta por una salida anticipada. Más allá del desenlace legal, el caso Wanda del Valle ha puesto en el centro del debate la infiltración del crimen extranjero en el Perú, la vulnerabilidad de figuras clave de la policía y la respuesta institucional ante amenazas a la seguridad nacional.