En un país donde las obras públicas suelen ser sinónimo de retrasos y descoordinación, la Vía de Evitamiento Chimbote (VECH) parece ser la excepción… pero no por las razones correctas. Con casi 40 kilómetros de doble carril asfaltado, esta infraestructura —que promete descongestionar el tránsito pesado en Nuevo Chimbote, Chimbote, Coishco, Santa y Guadalupito— está lista desde agosto de 2024. Sin embargo, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) parece haberse estacionado en el camino, sin avanzar hacia su recepción definitiva.
La VECH, que conecta el Óvalo Vesique en Nuevo Chimbote (Áncash) con el Óvalo Campo Nuevo en Guadalupito (La Libertad), no solo busca mejorar la seguridad vial y el flujo comercial entre el norte del país y Lima, sino también evitar que los vehículos pesados saturen las calles de estas ciudades. Sin embargo, a pesar de su importancia estratégica, la obra lleva casi medio año esperando la aceptación del MTC, mientras los ciudadanos y las empresas siguen pagando el precio de la burocracia.
Un proceso lleno de baches
El 16 de agosto de 2024, AUNOR, la concesionaria a cargo del proyecto, solicitó formalmente al MTC la aceptación de la obra. Sin embargo, el organismo regulador OSITRAN tardó más de un mes en conformar el Comité de Aceptación, incumpliendo el plazo contractual de cinco días hábiles. Para colmo, el proceso se complicó aún más cuando OSITRAN condicionó la aceptación del Peaje Santa —ubicado dentro de la VECH y clave para recuperar la inversión de US$ 174 millones— a una verificación post-construcción.
Aunque AUNOR había mantenido informadas a las autoridades sobre el avance de las obras, el MTC decidió poner más trabas: el 2 de diciembre de 2024, condicionó la aceptación de la VECH a la previa aceptación del Peaje Santa. Finalmente, el 17 de diciembre, OSITRAN informó que la verificación del peaje había sido satisfactoria y solicitó al MTC designar representantes para el Comité de Aceptación.
El MTC: ¿Ineficiencia o desinterés?
A pesar de que los comités fueron conformados y reconformados tras solicitudes de modificaciones por parte del MTC, la obra sigue en el limbo. Desde el 13 de enero de 2025, todo está listo para la recepción de la VECH y el Peaje Santa, pero el MTC guarda un silencio que habla más que mil palabras.
Este retraso no solo afecta a los miles de conductores y transportistas que esperan con ansias la puesta en operación de la vía, sino que también pone en evidencia la falta de coordinación y eficiencia en el sector transporte.
César Candela, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Construcción e Infraestructura (SNCI), pregunta “¿cómo es posible que nos demoremos 180 días para poder aceptar una obra donde un privado está viniendo al Perú, confiando en nuestro país para hacer tremenda inversión que va a beneficiar a cientos de miles de peruanos y extranjeros en su uso?”. Y añade que “es el tercer comunicado que emite al respecto la SNCI que cuenta con casi 65 empresas privadas que apuestan por el Perú y no se logra hasta ahora ni siquiera una palabra del viceministro de Transportes y Comunicaciones, ni una palabra del ministro de Transportes. Le hemos expresado al premier hace 15 días nuestra preocupación por esta obra y no se ha hecho hasta ahora nada. Y nada justifica tremenda y tamaña inacción de funcionarios que el último día de cada mes, puntualmente reciben un sueldo que pagamos todos”.
¿Cuándo se pondrá en marcha la VECH?
Mientras el MTC no se pronuncie, la Vía de Evitamiento Chimbote seguirá siendo una promesa incumplida. Los ciudadanos de Áncash y La Libertad esperan respuestas claras y acciones concretas, pero por ahora, solo les queda mirar cómo el tiempo —y la paciencia— se agotan.
En un país donde la infraestructura es clave para el desarrollo, casos como este solo refuerzan la percepción de que, en el sector público, los papeles avanzan más lento que las obras.