La Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), erradicó 10 060 kilogramos de nitrato de amonio, decomisado en Pisco en la región Ica; se trata de un insumo químico de alta peligrosidad, utilizado en la elaboración de explosivos clandestinos.
La destrucción del material químico detonante de grado ANFO (de alta potencia), realizado desde la localidad Pampa Cabeza de Toro de la provincia de Pisco, donde se ubican los polvorines del Centro de Municiones del Ejército (CEMUNE), fue supervisado por el superintendente Nacional de la Sucamec, Teófilo Mariño, y la directora de la ONG Británica, Mine Advisory Group (MAG International) Julieta Arnau Arroyo.
Mariño resaltó, que, con esta importante destrucción, se concluyen las operaciones para destino final de este material peligroso, cuyo almacenamiento, traslado y manipulación sin protocolos de seguridad representaba un eminente peligro para la ciudadanía.
“La Sucamec institución adscrita al Ministerio del Interior, realiza un trabajo riguroso, que nos permite controlar las autorizaciones de usuarios responsables que utilizan el nitrato de amonio para fines legales como la minería, la demolición de estructuras o la agricultura; así como detectar y decomisar todo aquel insumo que ingrese al país de manera irregular o ilegal, porque son precisamente estos productos los que tienen como finalidad afectar la vida, integridad física y ocasionar daños materiales”, afirmó.
También recordó que en el Perú, desde el 2023 a la fecha se han destruido más de 108 toneladas de nitrato de amonio, 89 750 kg. en el año 2023, y en lo que va del 2024 ya se han destruido 19 030 kg; en regiones como Cusco, Piura, Arequipa, Tacna y ahora Pisco, material explosivo destruido para que no caigan en manos de la delincuencia y de organizaciones criminales.
Como se recuerda, en 2020, fue precisamente la detonación de nitrato de amonio, lo que generó un estallido que terminó con la vida de más de 200 personas y afectó gran parte de la capital libanesa, Beirut. La causa fue una reserva incautada de nitrato de amonio mal almacenada.