Los mototaxistas de San Juan de Lurigancho, uno de los distritos más grandes de Lima, enfrentan una grave crisis de seguridad. Más de 40 empresas de las 130 que operan en la zona están siendo extorsionadas por organizaciones criminales, a las que deben pagar cupos para evitar ataques. Muchos conductores, temerosos por sus vidas, se ven obligados a seguir trabajando bajo estas amenazas, enfrentando una situación de violencia cada vez más insostenible.
Recientemente, la violencia alcanzó un nivel alarmante. En solo dos días, tres mototaxistas fueron asesinados mientras realizaban su trabajo en distintos distritos, incluyendo San Juan de Lurigancho, Ventanilla y Rímac. Los conductores aseguran que estos crímenes son una consecuencia directa de la extorsión, ya que aquellos que se niegan a pagar los cupos son blanco de ataques violentos, incluso mientras transportan pasajeros.
El miedo y la desesperación llevaron a un grupo de mototaxistas a organizar protestas en busca de respuestas. En el Rímac, bloquearon las avenidas Prolongación Tacna y Alcázar como forma de visibilizar su situación y exigir medidas de seguridad urgentes. Los trabajadores denuncian la falta de protección por parte de las autoridades, lo que deja a miles de conductores expuestos a la violencia y extorsión.
A pesar de los riesgos, muchos mototaxistas siguen trabajando porque dependen de esta actividad para sobrevivir. Sin embargo, la inseguridad se ha convertido en una constante, y exigen que el gobierno implemente acciones inmediatas para frenar la ola de violencia. Los mototaxistas claman por un entorno laboral seguro, donde puedan trabajar sin temer por su vida o la de sus compañeros.