La Residencial San Felipe en Lima que está cumpliendo 57 años, alberga lo mejor de las ideas urbanas y arquitectónicas de los 60’. Quedará como una escuela de buen urbanismo y arquitectura. Es lo que hoy llamaríamos un pedazo de ciudad generosa, que es el tema de la Bienal de este año, después de la pandemia.
Desde el Colegio de Arquitectos del Perú – Lima estamos alentando la búsqueda de nuevas respuestas a la crisis que pasaron nuestras ciudades. Y todo se dirige hacia la concurrencia de nuevos patrones urbanos, espacios públicos inclusivos, viviendas decorosas, servicios básicos, seguridad, vida de barrio, sostenibilidad. Y con una extraordinaria visión de futuro. San Felipe es lo que hoy llamamos una macro-manzana como aspiración urbana.
Necesitamos muchos San Felipes especialmente en la periferia de la ciudad. Hacer una ciudad no mezquina, humana, que reivindique ese ancestral derecho a un sentido de vida desde el propio barro. La vivienda social como una misión pública desde el Estado.
Existen diversos colectivos como: San Felipe Verde/ San Felipe Solidario/ San Felipe Lee/ Patitas Risi/ Ciclistas Residencial/ Asociación de Empresarios y Profesionales/ 3 Juntas Vecinales Comunales/ Comité Gestor Residencial San Felipe. Me disculpo si omito a algún otro colectivo pero en realidad estamos ante un modelo de vida extraordinario, alentado en primer lugar por la amigable espacialidad del Conjunto y atento al sentir vecinal.
Independientemente de sus alzas y bajas como Presidente, el arquitecto Fernando Belaunde fue un visionario urbano. Ese don que tuvieron algunos alcaldes como Orrego, Bedoya, Barrantes o Andrade.
San Felipe con sus casi 10.000 habitantes ocupa aproximadamente 26 Has de suelo con 35% de área verde, servicios de salud, educación, cultura, comercio, recreación, área financiera y una densidad de 300 Hbt/Has muy superior al promedio actual en Lima. Es decir son cifras, hoy ideales después de más de medio siglo.
Es los años 60 Lima tenía 2 millones de habitantes. Recién empezaba el desborde popular originado por las migraciones y la expulsión de gente del campo a las ciudades, particularmente Lima.
La capital crecía a 4% anual y se urbanizaban las haciendas, generando ingentes plusvalías urbanas. En ese ambiente se traslada a Surco el hipódromo que funcionaba en Jesús María y el presidente Belaunde decide ocupar esos terrenos con un gran complejo residencial. Se crea la Junta Nacional de la Vivienda y la vivienda social se convierte en política de Estado dejando pendiente sin embargo la incorporación del urbanismo popular que paradójicamente hasta ahora sigue en espera. El diseño de la residencial San Felipe se encarga a los arquitectos Enrique Ciriani, Mario Bernuy, Jacques Crousse, Jorge Páez, Oswaldo Nuñez, Luis Vasquez y Nikita Smirnoff que dejaron un espléndido legado.
Después de más de medio siglo de existencia San Felipe podría ingresar ahora a una renovada era de Sostenibilidad: primer barrio frente al cambio climático: paneles solares en los techos, reciclaje de aguas grises para parques y jardines, huertos urbanos en fin; y el Colegio de Arquitectos de Lima podría contribuir significativamente a pensar en SanFelipizar el desarrollo urbano. En buena hora.
*Decano del Colegio de Arquitectos de Lima.