La violencia contra los transportistas en Lima volvió a cobrar fuerza. La noche del miércoles 24 de septiembre, un conductor de la empresa Las Flores S.A., conocida como la línea 57, fue atacado a balazos en plena ruta y con pasajeros a bordo, en el distrito de San Juan de Lurigancho (SJL).
El hecho ocurrió alrededor de la medianoche, cuando la unidad de transporte se desplazaba por la concurrida avenida Las Flores. Según testigos, un sujeto subió al vehículo como un pasajero más, se dirigió hasta el chofer y le disparó directamente en el abdomen. La víctima fue identificada como Demetrio Gregorio Osorio Villegas, quien quedó gravemente herido.
¿Cómo ocurrió el ataque en la línea 57?
De acuerdo con los pasajeros, tras ejecutar el disparo, el agresor descendió del bus y abordó un mototaxi que lo esperaba para huir del lugar. El ataque generó pánico entre los usuarios de la unidad, quienes lograron mantener la calma para auxiliar al conductor.
Ante la emergencia, fueron los propios pasajeros quienes trasladaron a Osorio Villegas en un taxi particular hasta una clínica cercana, donde fue atendido de inmediato por personal médico. Hasta el cierre de esta nota, su estado de salud es reservado.
¿Se trata de un caso de extorsión?
La Policía Nacional del Perú (PNP) llegó hasta la zona y cercó el vehículo mientras se desarrollaban las diligencias preliminares. Los agentes no descartan que este atentado esté vinculado a la extorsión contra empresas de transporte público, una modalidad criminal que se ha expandido en varios distritos de Lima.
La empresa Las Flores S.A. ya habría sido blanco de amenazas en el pasado, según fuentes policiales, lo que refuerza la hipótesis de que el ataque contra la línea 57 estaría relacionado con el cobro de cupos por parte de organizaciones delictivas que operan en San Juan de Lurigancho, uno de los distritos más afectados por esta problemática.
Ola de violencia contra transportistas en Lima
Este caso se suma a una serie de atentados registrados en los últimos meses contra empresas de transporte público, taxis y colectivos en distintas zonas de la capital. Los ataques, en su mayoría con armas de fuego, buscan amedrentar a los choferes y propietarios para forzarlos a pagar cuotas de dinero a las mafias locales.
La situación ha despertado la preocupación de los gremios de transportistas, quienes demandan mayor seguridad y la implementación de un plan integral contra la extorsión en el transporte. Mientras tanto, los pasajeros siguen expuestos a la violencia, incluso en pleno trayecto de sus viajes diarios.