Por segunda vez en menos de 48 horas, un conductor de transporte público fue víctima de un atentado armado en Lima. Esta vez, el ataque ocurrió la tarde del domingo en la cuadra 5 de la avenida El Sol, en San Juan de Lurigancho, cuando dos sicarios a bordo de una motocicleta dispararon directamente contra la cabina de un bus de la empresa Santa Catalina, que trasladaba pasajeros.
El chofer de la línea 23 C de la empresa Santa Catalina e identificado por sus compañeros como Arturo, recibió varios impactos de bala y fue trasladado de emergencia a la Clínica San Juan Bautista, donde permanece en estado crítico.
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Según testigos, los atacantes interceptaron el vehículo y abrieron fuego sin mediar palabra, provocando el pánico entre los pasajeros y un súbito caos en una de las avenidas más transitadas del distrito. “Yo iba delante de él, eso iba a ser para mí. Estamos pagando cupos de 200 soles por unidad, esto ya se ha desbordado”, relató a RPP un conductor de la misma empresa.
El atentado se suma a la creciente ola de violencia por extorsiones que afecta al transporte urbano en Lima y Callao, donde bandas criminales imponen pagos ilegales bajo amenaza de muerte. En muchos casos, los empresarios y conductores terminan cediendo ante la falta de protección efectiva.
La Policía Nacional acordonó la zona y personal de la División de Emergencia inició las investigaciones, aunque hasta el cierre de esta nota no se habían registrado detenciones.
El hecho ocurrió el domingo en la noche, en vísperas del paro de 24 horas convocado por diversos gremios de transportistas para este lunes 6 de octubre, en protesta por la inseguridad que enfrentan día a día en las calles. Apenas el sábado, otro chofer fue asesinado a balazos en San Juan de Miraflores en circunstancias similares.
Mientras las autoridades anuncian operativos y estrategias contra la extorsión, los ataques no cesan. En los paraderos y rutas de Lima Este, los choferes trabajan con miedo, conscientes de que cualquier jornada puede ser la última.