Los Premios a la Resistencia son una institución en CARETAS y, por ende, se trata de una nueva tradición peruana. Pero hasta las reglas más estrictas tienen sus excepciones. Y estos son tiempos excepcionales. La legión venezolana que se exilió en el Perú vino en su gran mayoría a trabajar honestamente, tributar y buscarse la vida, obligados frente a la destrucción de su sociedad, perpetrada por un régimen dictatorial, corrupto y perpetuado en el poder. Siendo la causa venezolana también peruana y continental, María Corina Machado encarna cómo pocos los valores reconocidos en estás páginas.
No solo pasó por un proceso de maduración notable en su liderazgo, donde las posiciones políticas pasan al asiento trasero de la defensa de la democracia y la libertad, sino que endosó su capacidad electoral a otro candidato cuando le prohibieron participar en las elecciones y organizó la estrategia que terminó de evidenciar, por si hacía falta, la naturaleza podrida del régimen chavista de Nicolás Maduro y compañía.
Cómo si no fuera suficiente, se quedó clandestinamente en su país para seguir denunciando un fraude escandaloso a la espera de que Edmundo González pueda juramentar como nuevo presidente en enero. En sus apariciones por las redes no camufla las dificultades de su soledad y al mismo tiempo no flaquea en la motivación de su pueblo y el liderazgo que le demanda la historia. Resistencia en todo el sentido de la palabra.