Los recientes oleajes anómalos registrados en las últimas semanas, consecuencia de la intensificación del Anticiclón del Pacífico Sur, han afectado la oferta de productos marinos en Lima. En el terminal pesquero de Villa María del Triunfo, se observa un incremento en los precios de pescados como el jurel, el bonito, la picuda y diversos mariscos.
La intensidad de estos oleajes ha reducido la captura diaria, generando una escasez que se refleja directamente en el bolsillo de los consumidores.
Variaciones de precios en los productos marinos
Según comerciantes del terminal pesquero, los precios han sufrido cambios significativos. “El bonito hoy se encuentra entre 8 y 8.50 soles, mientras que hace una semana estaba a 6 y 6.50 soles. El jurel, que se encontraba en veda, subió de 3 soles a 4.50 soles en tres días”, explicó una vendedora local.
Este aumento afecta también a otros productos marinos que no se encuentran en veda, pero cuya oferta depende de las condiciones climáticas y del mar, lo que evidencia la sensibilidad del mercado ante fenómenos naturales.
La situación de la pota y otros mariscos
La pota, que recientemente levantó la veda, ha experimentado un incremento de 1.50 soles, debido a la escasa captura provocada por los oleajes. Los expertos indican que mientras estas condiciones persistan, la oferta seguirá siendo limitada y los precios podrían mantenerse elevados o incluso subir.
Los consumidores deberán estar atentos a las variaciones diarias, ya que la fluctuación en la pesca impacta directamente la economía familiar y la disponibilidad de proteínas en el mercado local.
Impacto en la población y medidas posibles
El aumento de precios genera preocupación entre los compradores habituales de productos marinos, especialmente quienes dependen de estas proteínas para la dieta diaria. Las autoridades pesqueras monitorean la situación y evalúan alternativas para regular la venta y garantizar el abastecimiento en mercados urbanos.
Entre las opciones analizadas se incluyen la promoción de pesca en otras zonas menos afectadas y el control de precios en los mercados locales, aunque se reconoce que el fenómeno natural del oleaje es difícil de prever y mitigar a corto plazo.