Un atentado que terminó en tragedia
El periodista Mitzar Castillejos falleció luego de permanecer 14 días en estado crítico, tras haber sido víctima de un ataque armado perpetrado por presuntos sicarios en la ciudad de Aguaytía, provincia de Padre Abad, región Ucayali. La información fue confirmada por la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), que expresó su preocupación por un nuevo caso de violencia letal contra un comunicador.
El atentado ocurrió el viernes 12 de diciembre, a plena luz del día, cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta llegaron hasta el domicilio del periodista. Sin mediar palabra, abrieron fuego contra Castillejos, quien recibió cinco disparos, tres de ellos en el abdomen, provocándole heridas de extrema gravedad.
Tras el ataque, el comunicador fue trasladado de emergencia a un centro de salud local, donde permaneció internado durante dos semanas bajo pronóstico reservado. Pese a los esfuerzos médicos, las lesiones ocasionadas por los proyectiles comprometieron órganos vitales y derivaron finalmente en su fallecimiento.
Un crimen que estremece a la prensa regional
La muerte de Mitzar Castillejos ha generado conmoción entre periodistas, gremios de prensa y organizaciones defensoras de la libertad de expresión, que advierten un patrón creciente de violencia contra comunicadores, especialmente en zonas alejadas de la capital.
Desde la ANP se ha señalado que este caso se suma a una cadena de agresiones que enfrentan periodistas que investigan temas sensibles como corrupción, gestión municipal, economías ilegales y crimen organizado. Aunque hasta el momento no se ha confirmado oficialmente que el asesinato esté vinculado de manera directa a su labor informativa, el contexto en el que se produjo el ataque ha encendido las alertas.
Investigaciones sobre presuntas irregularidades municipales
De acuerdo con testimonios de vecinos y fuentes locales, Mitzar Castillejos venía realizando investigaciones periodísticas sobre presuntas irregularidades en la gestión municipal de la provincia de Padre Abad. Estas indagaciones habrían generado incomodidad en determinados sectores y un incremento de amenazas en su contra durante los días previos al atentado.
Sin embargo, las autoridades aún no han precisado si estas investigaciones forman parte de las líneas que maneja la Policía Nacional o el Ministerio Público. La ANP ha solicitado que el caso sea investigado con enfoque de crimen contra la libertad de expresión, a fin de esclarecer si el móvil estuvo relacionado con su trabajo como periodista.
Investigación en curso y pedidos de justicia
Hasta el cierre de esta nota, las autoridades no han informado sobre detenidos ni sobre avances significativos en la identificación de los responsables. El ataque, ejecutado con rapidez y precisión, refuerza la hipótesis de un crimen planificado, una modalidad que se ha vuelto recurrente en casos de sicariato en distintas regiones del país.
Organizaciones de prensa han exigido una investigación célere, exhaustiva y transparente, así como medidas concretas para garantizar la seguridad de los periodistas que ejercen su labor en contextos de alto riesgo. También han pedido que el Estado refuerce los mecanismos de protección para comunicadores amenazados.
Cuarto periodista asesinado en 2025
Con la muerte de Mitzar Castillejos, ya son cuatro los periodistas asesinados en el Perú durante 2025, según el registro de organizaciones especializadas en libertad de prensa. Esta cifra refleja un escenario preocupante, marcado por la impunidad, la debilidad institucional y la expansión de redes criminales en diversas regiones.
La mayoría de estos crímenes se han producido fuera de Lima, donde los periodistas suelen trabajar con menos respaldo institucional, mayor exposición y escasos mecanismos de protección. Para los gremios periodísticos, este contexto agrava el riesgo de autocensura y debilita el derecho ciudadano a estar informado.
Un llamado urgente al Estado
La ANP y otras entidades han reiterado su llamado al Ejecutivo, al Congreso y al sistema de justicia para que adopten medidas urgentes y estructurales frente a la violencia contra la prensa. Entre ellas, destacan la necesidad de fortalecer las fiscalías especializadas, mejorar los sistemas de alerta temprana y garantizar sanciones efectivas contra los responsables de estos crímenes.
La muerte de Mitzar Castillejos no solo representa una pérdida para su familia y colegas, sino también un golpe directo a la libertad de información y a la democracia en el país. Su caso se suma a una lista que sigue creciendo y que exige respuestas claras, firmes y sostenidas desde el Estado.