La noche del miércoles 8 de octubre de 2025, el país fue testigo de un nuevo capítulo de la creciente ola de inseguridad y violencia armada que afecta a los espectáculos públicos. Durante un concierto de Agua Marina en el Círculo Militar de Chorrillos, dos sicarios abrieron fuego contra el escenario, dejando como saldo cuatro músicos heridos, entre ellos los fundadores de la orquesta, Manuel y Luis Quiroga Querevalú.
El caso ha causado conmoción no solo por la magnitud del ataque —con al menos 27 casquillos de bala encontrados en el lugar—, sino porque el hecho ocurrió en un evento que no contaba con autorización oficial ni garantías de seguridad. La Policía Nacional del Perú (PNP) ha calificado el hecho como un atentado directo y ha activado un plan cerco para identificar y capturar a los atacantes.
Los heridos: nombres y estado de salud
La lista de heridos incluye a Luis Quiroga Querevalú, quien se encuentra en estado crítico tras recibir tres impactos de bala, uno de ellos en el tórax. Según los médicos que lo atienden, su condición es de suma gravedad y permanece bajo estricta observación.
Su hermano, Manuel Quiroga Querevalú, también resultó herido, aunque se encuentra fuera de peligro. Junto a ellos, el tecladista César Augusto More Nizama y el animador Wilson Javier Ruiz Julca fueron alcanzados por proyectiles, pero se reportan estables.
La noticia de la delicada situación de Luis Quiroga ha despertado muestras de solidaridad en redes sociales, donde músicos y fanáticos de todo el país piden una pronta recuperación.
El ataque: dos sicarios en moto lineal
De acuerdo con la investigación preliminar, dos sujetos a bordo de una moto lineal dispararon desde la parte posterior del escenario, un punto donde no existían medidas de seguridad ni controles de riesgo.
El general Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima, explicó que la hipótesis más fuerte es que los atacantes se detuvieron y dispararon estacionados, lo que explicaría la cantidad de casquillos hallados en la escena.
“El objetivo era atentar contra las personas que estaban en el escenario. En el momento del ataque se encontraba tocando Agua Marina, aunque aún no podemos precisar si eran ellos el blanco directo”, declaró Monroy a la prensa.
Un concierto sin permisos
Uno de los aspectos más cuestionados del caso es que el evento no contaba con los permisos municipales ni con la resolución de garantías de la Oficina Nacional de Gobierno Interior (ONAGI).
El general Monroy detalló que, al no existir autorización formal, no se implementó un plan de operaciones policiales específico para el concierto. “Con permiso o sin permiso tenemos que brindar seguridad, pero corresponde focalizarla. En este caso no hubo comunicación formal con la PNP”, indicó.
Esto refleja una grave falla de prevención que, según la Defensoría del Pueblo, no puede repetirse en espectáculos masivos, más aún en un contexto de extorsiones y amenazas del crimen organizado contra artistas y promotores de eventos.
El plan cerco de la Policía
Tras el ataque, la PNP activó un plan cerco en Lima Sur para rastrear a los sicarios que huyeron en motocicleta. Las cámaras de seguridad en las inmediaciones ya fueron solicitadas formalmente y los peritos de Criminalística realizan pruebas balísticas para determinar si los disparos provinieron de una sola arma o de más.
Aunque hasta el momento no se han anunciado capturas, las autoridades insisten en que este caso tiene prioridad nacional y que los resultados de la investigación serán informados al ministro del Interior, Carlos Malaver.
¿Extorsión o mensaje del crimen organizado?
La gran interrogante es: ¿fue este ataque un intento de extorsión o un atentado planificado contra Agua Marina?
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis. En los últimos meses, la PNP ha registrado múltiples denuncias de amenazas a orquestas, discotecas y locales de baile, donde bandas criminales exigen cupos de dinero a cambio de “garantizar” la seguridad de los artistas.
Agua Marina, por su nivel de popularidad, podría haberse convertido en un blanco de este tipo de mafias. Sin embargo, tampoco se descarta que el ataque esté relacionado con disputas internas en la organización de espectáculos o con el accionar de redes más grandes del crimen organizado.
Reacciones de solidaridad
Tras el atentado, diferentes agrupaciones de cumbia, como Armonía 10 y Grupo 5, se pronunciaron en redes sociales expresando su solidaridad con los músicos heridos. Mensajes como “Fuerza Luis, el Perú está contigo” se han replicado en miles de comentarios de fanáticos.
El ataque no solo es visto como un hecho policial, sino también como un golpe a la cultura popular, ya que Agua Marina es considerada una institución de la música peruana con más de 40 años de trayectoria.
Una herida abierta para el país
Este atentado expone nuevamente las falencias del Estado para proteger a los ciudadanos en espacios públicos, y abre un debate urgente sobre la seguridad en eventos masivos.
Que una orquesta tan querida como Agua Marina termine en medio de una balacera no solo genera indignación, sino que refuerza la percepción de que el crimen organizado ha ganado terreno en el país.
La recuperación de Luis Quiroga Querevalú será seguida con atención por millones de peruanos que esperan verlo nuevamente en los escenarios, símbolo de resistencia y esperanza frente a la violencia.