Los 70 de Punta Hermosa

De confrontar los huaicos al desarrollo continuo de uno de los distritos más tradicionales y queridos del sur de Lima.
Usualmente tiene 20 mil habitantes y la cifra se triplica durante el verano. “La filosofía es tratar de mantener la residencia”, dice burgomaestre.

El próximo 7 de abril, Punta Hermosa cumple 70 años. Su alcalde, Guillermo Fernández, es mayor que el distrito apenas por seis meses y hace un cuarto de siglo que se estableció en el querido enclave del sur chico. Y fue su burgomaestre durante tres gestiones y once años ininterrumpidos (2007-2018), hasta que se prohibió la reelección inmediata. Volvió el 2023 de la mano de Avanza País.

“Encontramos una municipalidad desordenada. Con muchos puestos creados, mucha burocracia y empezamos el año cambiando el registro de organización y funciones de la municipalidad, modificando los puestos y reduciendo las gerencias”, repasa.

Luego cayó el huaico. El fenómeno alimentaba naturalmente las playas de arena y contribuía a su belleza. Pero lo de hace un año fue de una magnitud inusitada. “Lo que hicieron fue canalizar el huaico artesanalmente, digamos, sin ningún estudio”.  

Así se fue parte del año, en limpiar y recuperar la parte antigua de Punta Hermosa que está en lo que alguna vez fue el delta de este huaico.

Recuperados “del susto y del trauma”, empezó la elaboración  de proyectos. A marzo del 2024 ya se reconstruyeron los dos malecones que hubo que romper para que el barro caiga al mar. Se asfaltó Playa Norte y la mitad de la urbanización Playa Norte. Seguirán con los malecones de Señoritas y Caballeros, en El Silencio. “Nuestra meta es que al final de esta gestión todo el distrito esté asfaltado”.

Nuevo sistema de alerta de huaicos y tsunamis. Alcalde Guillermo Fernández con rector de la UNI Alfonso López Chao.

La escasez de agua, que se recibía por cuatro horas cada dos días durante las que se llenaban tanques y cisternas, se solucionó con la planta desaladora de agua en Santa María, que ha permitido contar con el líquido elemento las 24 del días, con una presión. Con la laguna de oxidación el municipio riega los parques, que lucen verdes y recuperados.

Además del inicio del presupuesto participativo, donde los residentes escogerán proyectos a desarrollar, se recuperará el colegio público de Punta Hermosa, Víctor Andrés Belaúnde, que hoy es “un desastre. Lo que existe lo construyó Fujimori en su gobierno. En gestiones anteriores construimos seis aulas, que son las únicas decentes que hay en ese colegio, pero tiene 1500 alumnos en condiciones deplorables. Entonces hemos hecho dos proyectos para reconstruir completamente el colegio inicial, con S/.21 millones, y el de primaria y secundaria, con S/.58 millones”. Ya han sido declarados viables por el MINEDU y esperan acceder al presupuesto, pues la partida distrital modificada es apenas de S/.24 millones para el 2024.

Si bien es la segunda municipalidad con mayor recaudación relativa del país, Fernández critica que el valor de los terrenos para calcular el impuesto predial lo fija el Ministerio de Vivienda, “que dice que un hermoso un terreno vale 140 soles el metro cuadrado cuando en realidad vale US$1000”.

Como consecuencia de esas limitaciones, el presupuesto de seguridad ciudadana con 140 serenos debe ser subsidiado con recursos que podrían ir a otros rubros.

Si bien el distrito es un oasis de seguridad y no está casi afectado por la delincuencia, los excesos de la vida nocturna era otro cantar. “Cuando empezamos la gestión, habían cinco discotecas, todas con su certificado de Defensa Civil por silencio administrativo”. En total, “y aunque te parezca mentira, eran casi 90 locales que habían en Punta Hermosa con certificado por silencio administrativo. Es un indicio de había corrupción y estamos terminando de estudiar los casos para hacer las denuncias”. Dos de las cinco discotecas no calificaron y ahora quedan las tres tradicionales. A punta de música y trago, se volvió costumbre que los restaurantes muten en bares, lo que no estaba permitido en una zona residencial. “La hora de cierre de los restaurantes pasó de las 11 de la noche a la 1:30 de la mañana, pero “con música ambiental que no pase a más para un contexto mucho más ordenado”. La música en vivo debe tener autorización expresa de la municipalidad según el evento y solo se permite hasta las 11pm y con control de decibeles.

Playa Norte es un ejemplo de asfaltado. La meta es que todo el distrito termine con pistas.

Usualmente, Punta Hermosa tiene más o menos 20 mil habitantes, figura que se triplica en el verano. Además de la playa, la oferta gastronómica y de tiendas de ropa atrae a los distritos cercanos. “Por ejemplo, a la gente que vive en Villa le es mucho más fácil venir a Punta Hermosa que ir a Miraflores”. Pero aclara que “la filosofía es tratar de mantener la residencia. No pretendemos ser un gran centro de atracción comercial”.

En esa línea, los edificios pueden ser máximo de tres pisos y si están al frente de un parque o  avenida, 4 pisos. Solo en El silencio que son las playas Señoritas y Caballeros se permiten cinco y seis pisos en la tercera fila. Señala a la gestión anterior por otorgar algunas licencias irregulares que han sido canceladas, de nuevo con el famoso silencio administrativo.

En el otro extremo, Punta Hermosa también se ve amenazada por el tráfico de terrenos en su parte este. “Nuestros límites llegan hasta la provincia de Huarochirí. Hay una municipalidad que se llama Santo Domingo de los Olleros, que en realidad es un cascarón, y repartió licencias, autorizaciones y certificados a los invasores de la Quebrada de Malinche. Hay 30 mil personas viviendo ahí. La hemos declarado zona de riesgo geológico. La gente pobre que les ha comprado piden agua y saneamiento. Se estarían generando nuevas zonas de damnificados por los huaicos. Es un tema que tenemos pendiente y estamos tratando de resolver con la Municipalidad de Lima y el Gobierno central. Por ahora no les damos ningún documento para que se puedan formalizar”.

Los desafíos no se agotan ahí. En la zona de Kontiki, al final de Playa Blanca, están los acantilados que son parte del entorno urbano y alojan aves marinas. “Nosotros la declaramos como una zona protegida. Sin embargo hay dos empresas a las que la Superintendencia de Bienes Estatales les vendió el un terreno que está entre la carretera vieja y muy cerca del acantilado. Me reuní con el superintendente Wilder Cifuentes que me parece un hombre honrado y correcto. Nos ha ofrecido suspender el trámite de estas empresas hasta que se resuelva cuál es la definición de un acantilado, para lo que estamos contratando a la Universidad Nacional de Ingeniería, que nos pidió 30 días para hacer el estudio”.

Con la misma UNI se ha instalado un centro de alerta temprana para huaicos y tsunamis, que se anuncia con una sirena que permite evacuar con anticipación. Que traiga también buenas nuevas para el distrito.