El líder de la comunidad nativa de Alto Yurinaki, en la provincia de Chanchamayo (Junín), fingió su secuestro con el objetivo de exigir un rescate de 50 000 soles a sus propios comuneros. Fue ubicado en Huancayo dos días después de su supuesta desaparición, y confesó el engaño tras caer en contradicciones durante su interrogatorio con la Policía Nacional del Perú.
Según la investigación, el dirigente había enviado mensajes y fotografías desde su celular asegurando que sería asesinado si no depositaban el dinero en sus cuentas bancarias. Incluso, fue visto en una agencia bancaria consultando si ya se había realizado el depósito del presunto rescate, hecho que levantó sospechas entre los agentes encargados del caso.
El caso se hizo público tras la denuncia de la fiscal comunal el 30 de mayo, quien alertó a las autoridades sobre la desaparición. La rápida acción policial permitió detectar inconsistencias en el testimonio del dirigente, quien finalmente reconoció haber inventado todo para obtener dinero de manera fraudulenta.
El Ministerio Público evalúa denunciarlo por simulación de delito o tentativa de estafa, mientras que los propios comuneros de Alto Yurinaki han expresado su indignación y cuestionan su permanencia como representante. El hecho ha causado sorpresa en la región, al tratarse de un líder que debía velar por el bienestar colectivo.