Joshua Huamán Jerez confesó a la Policía haber asesinado a la enfermera, Kimberlit Tapia Ortiz, desaparecida el pasado 7 de septiembre. Tras su declaración lloró desconsoladamente pero no de arrepentimiento sino porque fue descubierto.
“En las continuas horas en que hemos estado juntos, logramos básicamente que él confiese, pero esa confesión se manifestó con un llanto muy profundo”, señaló el coronel, Ricardo Espinoza, jefe de la División de Homicidios de la Dirincri.
El oficial también narró a la prensa que, según especialistas en psicología criminal de la PNP, Joshua Huamán es una persona “narcisista, antisocial, calculadora y que no tiene ningún sentimiento de culpa que quiere ejercer el control”.
“Y un policía le pregunta: ‘¿Estás arrepentido?’. Él dice: ‘No, estoy llorando, porque estoy frustrado, ustedes me han descubierto’. Hasta ahí es una persona con un ego grande y peligroso”, dijo.
El cuerpo de la enfermera desaparecida el 7 de septiembre, fueron hallados once días después, calcinados cerca al condominio Bahía, en el distrito de Cieneguilla.
A Huamán Jerez le espera una condena de cadena perpetua por el delito de feminicidio.