La madrugada del 28 de abril, un trágico desborde del río Casca en el distrito de Independencia, Huaraz, dejó al menos dos menores fallecidos y cinco desaparecidos. El desastre comenzó a las 3:00 a.m. cuando un deslizamiento de tierra desde el cerro Vallunaraju bloqueó la quebrada Llaca, lo que provocó el desborde del río Casca y subsecuentes inundaciones en las zonas aledañas, especialmente en los sectores más bajos como Paria Wilcahuain, Jinua, Cachipampa, Lirio y Ucru.
El balance preliminar del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Áncash reporta que más de 100 personas han sido damnificadas, con la destrucción de tres puentes y serios daños en la red de caminos vecinales. Además, se informó de afectaciones en el suministro eléctrico, lo que complicó aún más la situación de los habitantes de la zona afectada.
A pesar de que la Casa de Guías había alertado sobre el riesgo del desborde más de 10 días antes, la Municipalidad Distrital de Independencia no emitió ninguna alerta para prevenir la tragedia. Esta falta de gestión de riesgos de desastres resultó en una tragedia que cobró la vida de dos niños y dejó a varias familias en situación de emergencia.
La situación en la zona continúa siendo crítica, con las autoridades trabajando en la búsqueda de los desaparecidos y en la atención de los damnificados. Este desastre pone de manifiesto la importancia de contar con sistemas de alerta temprana y una gestión eficiente de riesgos para evitar tragedias de esta magnitud.