Expulsan a Matías Ozorio, operador de “Pequeño J”, tras captura en Lima

La medida se oficializó este jueves 2 de octubre mediante resolución ministerial publicada en el diario oficial El Peruano y ejecutada por un equipo especializado de la Policía Nacional del Perú (PNP).

por Edgar Mandujano

El Ministerio del Interior autorizó la expulsión inmediata del ciudadano argentino Matías Agustín Ozorio, sindicado como la mano derecha de Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, uno de los cabecillas criminales más buscados de la región. La medida se oficializó este jueves 2 de octubre mediante resolución ministerial publicada en el diario oficial El Peruano y ejecutada por un equipo especializado de la Policía Nacional del Perú (PNP).

Ozorio, vinculado a un triple asesinato, fue capturado en Lima en una operación conjunta con Interpol Argentina. Su expulsión marca un nuevo capítulo en la lucha contra el crimen organizado transnacional, que ha intensificado su presencia en el país.


¿Quién es Matías Agustín Ozorio y por qué fue expulsado?

Matías Agustín Ozorio era considerado uno de los principales operadores de “Pequeño J”, acusado de ordenar el asesinato de tres personas en un caso que conmocionó tanto a Perú como a Argentina.

El Mininter detalló que la expulsión se realizó en base a una resolución jefatural de Migraciones, que dispuso su salida inmediata del país. Según la norma, Ozorio representaba una amenaza para la seguridad interna y había ingresado al circuito criminal bajo el mando de Valverde Victoriano.

El procedimiento estuvo a cargo del coronel PNP Américo Alberto Berlanga Valdivia y del suboficial técnico de segunda PNP Marco Alonso Medina Loza, quienes viajaron hasta Buenos Aires entre el 1 y 2 de octubre para culminar con la entrega del ciudadano argentino a las autoridades de su país.


“Pequeño J” y la caída de su red criminal

La captura de Ozorio se produjo casi en simultáneo con la de “Pequeño J” en Pucusana, el mismo día martes en que Interpol coordinó el operativo internacional. El cabecilla habría ordenado asesinatos y extorsiones en la costa central del Perú, expandiendo la red de violencia que hoy se busca desarticular.

El Mininter subrayó que esta acción representa un “golpe directo contra las organizaciones criminales que intentan operar en territorio peruano”, en un contexto en el que el narcotráfico y la extorsión han ido en aumento en diversas ciudades del país.


¿Qué implica la expulsión para la seguridad en Perú?

El Gobierno busca enviar un mensaje claro: los extranjeros involucrados en delitos graves no tendrán cabida en el país. La expulsión de Ozorio se suma a otras medidas de control migratorio que la PNP viene aplicando en coordinación con Migraciones.

Para el Ejecutivo, se trata de reforzar la seguridad ciudadana y prevenir la impunidad de actores criminales con nexos transnacionales. “Con esta medida, el Estado reafirma su compromiso de garantizar el cumplimiento de la normativa migratoria y consolidar la cooperación con autoridades extranjeras”, señaló el Mininter en un comunicado.

El dispositivo normativo lleva la firma del ministro Carlos Malaver Odias y se enmarca en los esfuerzos por fortalecer la cooperación judicial y policial con países vecinos.


¿Qué riesgos plantea la presencia de mafias extranjeras en Perú?

La presencia de operadores como Ozorio confirma la expansión de mafias internacionales en el país, que aprovechan los puertos, rutas de transporte y vacíos legales para fortalecer sus negocios ilícitos. La captura de “Pequeño J” y su red evidencia que el Perú no es solo un espacio de tránsito, sino también de operaciones para organizaciones criminales con capacidad transfronteriza.

Expertos advierten que la falta de controles migratorios estrictos y la precariedad de algunos sistemas judiciales permiten que estas redes se infiltren con rapidez. La expulsión de Ozorio es un paso importante, pero también plantea la necesidad de políticas sostenidas en vigilancia fronteriza y cooperación internacional.


Cooperación internacional: una estrategia clave

El caso Ozorio demuestra la efectividad de los operativos conjuntos entre la PNP e Interpol, que han permitido ubicar y neutralizar a personajes ligados al crimen organizado.

El Ejecutivo resaltó que este tipo de acciones no solo fortalecen la confianza entre países vecinos, sino que también son esenciales para combatir delitos que no conocen fronteras. La entrega de Ozorio a la justicia argentina será un termómetro de cómo los Estados pueden articular esfuerzos para enfrentar al crimen organizado en el ámbito regional.

La expulsión de Matías Agustín Ozorio es un episodio que combina el frente migratorio, la justicia penal y la lucha contra el crimen organizado. Aunque se trata de un paso decisivo, la amenaza persiste: organizaciones criminales como la de “Pequeño J” seguirán buscando espacios en el Perú para operar.

El reto ahora será sostener el fortalecimiento institucional, garantizar el control de las fronteras y mantener la cooperación internacional activa, de modo que hechos como el triple asesinato que manchó de sangre al país no se repitan.

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